Propósitos para la Cuaresma

Conviértete de corazón y no te preocupes tanto por la fachada; Jesús te conoce de sobra, mejor que tú.

Ubícate bien en la vida, acude al desierto y no te des a la fuga; que el evangelio sea tu GPS y guía.

Ayuna como a Dios le gusta: levántate todos los días con hambre de justicia y acuéstate con hambre de Dios y de vida.

Reza cerrando las puertas a la desidia, a los ruidos, cumplimientos y prisas, y ábrelas a Dios para que se instale como quiera.

Escucha la melodía del Padre que nos enamora a través de las ondas de la creación entera; pon tu corazón en sintonía todos los días.

Sana tu cuerpo y espíritu, en este tiempo, con la brisa, el agua, la cruz y el servicio; déjate curar por quien ama a los heridos.

Mira a tu alrededor y no andes perdido; discierne los signos de los tiempos y acércate a los que están solos y perdidos.

Sube a las cumbres que te desafían, baja a los abismos que dan vértigo y anda erguido por los caminos de la historia.

Ama sin murallas y sin remilgos: así entenderás al Dios de la vida y llegarás listo a la pascua florida.

Florentino Ulibarri

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