5° Día Quinario en Honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno

Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5,20-26)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás», y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «renegado», merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.»

Palabra del Señor

A menudo, aferrase a la ley, limitarse a cumplir lo establecido, llevaba al pueblo judío a vivir la fe en unos mínimos que no genera vida. Contentarse con la «justicia de los fariseos» termina impidiendo descubrir la novedad que trae Jesús. Lo que urge no es tanto cumplir la ley cuanto reconciliarse con el hermano, con tal urgencia que la reconciliación esté antes que el culto; es decir: la liberación del hombre es lo primero en el designio de Dios. Jesús se pone al nivel del amor, que es el único camino del futuro humano. Prohíbe nutrir la cólera, insultar o maldecir al otro, para no aumentar el peso de la ley, sino para abrir en nuestras vidas un espacio de amor suficiente que permita avanzar con libertad. Dios sabe que el pecado puede matar al hombre no sólo a causa de la falta, sino mucho más por el peso del remordimiento, de la culpabilidad y del reproche que gravita sobre las espaldas del pecador, por eso, Dios quiere que el hombre viva: quiere que seamos, los unos para los otros, fuente de vida y de futuro.

Hoy, quinto día del Quinario en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno, preside la Santa Misa el Rvdo. P. D. Florencio Muñoz García, Vicerrectordel Seminario Mayor «San Pelagio».

La Santa Misa se aplicará por las intenciones de:

  • Comunidad Jesús Nazareno
  • Rvdo. P. D. Jose Luis Moreno Modelo
  • D. Fermín Pérez Martínez
  • Familia Alamillos Hinojosa
  • Familia Ayala Ramos
  • Familia Barrios Mejías
  • Familia Calzadilla Gracia
  • Familia Carrasco Chacón
  • Familia Castillero Martínez
  • Familia del Arco Santos
  • Familia del Pozo González
  • Familia Escribano Mesa

4° Día Quinario en Honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno

Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,13-19)

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»

Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»

Palabra del Señor

La «cátedra» de Pedro, cuya fiesta celebramos hoy en plena cuaresma, no fue nunca la de un escriba o un doctor, sino la de humilde pastor que, como el mismo Jesús, entregó su vida por sus ovejas. En Roma, antes de sufrir el martirio, sin duda experimentó la pobreza. Así es como se edifica la Iglesia; su piedra angular está en el Calvario, y sus piedras vivas encuentra su solidez en la fe de los fieles de Cristo. Siendo así, ¿no convenía que fuera el apóstol Pedro, el que lo reconoce como el Hijo de Dios, y el primero en participar en la cruz del Señor el que confirmara en la fe a sus hermanos?

Hoy, cuarto día del Quinario en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno, preside la Santa Misa el Rvdo. P. D. Rafael Sánchez Cazorla SBD, Coordinador de Pastoral de la Casa Salesiana de Córdoba y hermano de la Cofradía.

La Santa Misa se aplicará por las intenciones de:

  • Familia Espinosa Portero
  • Familia Fernández Buzón
  • Familia Figueroa Polonio
  • Familia Gaitán Cáceres
  • Familia Gallego Santofimia
  • Familia García Cantero
  • Familia García Ruiz
  • Familia García Sepúlveda
  • Familia García Torres
  • Familia Garrido Gala
  • Familia Gavilán Varo
  • Familia González Luna

3° Día Quinario en Honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (11,29-32)

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.»

Palabra del Señor

El que sin cesar pide signos para creer ya está demostrando su incredulidad. La fe es un impulso del corazón, una iluminación del espíritu ante la presencia de Dios, les una llamada, una gracia. Hoy en otras partes, en este mismo momento, habrán hombres que descubrirán el Evangelio y se entregan a él sin discusión. Y ¿nosotros? los cercanos, los que decimos conocer a Dios, los que estamos acostumbrado a leer todo tipo de comentario, de reflexiones sobre la Palabra, ¿se nos nota? ¿La sabiduría de la Palabra, el signo de la Cruz, nos está dando vida? Ninive y la reina del Sur se levantaron contra esa generación incrédula y fueron sus testigos de cargo. ¿De verdad que vives de la fe? Aprovecha este tiempo de cuaresma para purificar tu fe y descubrir que solo quien confía, quien vive la vida con la plena seguridad de que está protegida por las manos amorosa de Dios, CREE.

Hoy, tercer día del Quinario en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno, preside la Santa Misa el Rvdo. P. D. Pablo Calvo del Pozo, Párroco de San Andrés Apóstol.

La Santa Misa se aplicará por las intenciones de:

  • Familia González Ruiz
  • Familia Gracia Gallego
  • Familia Herencia Caballano
  • Familia Hernández Pérez
  • Familia Hueso Pulido
  • Familia Jurado Misas
  • Familia López Gallardo
  • Familia López Pérez
  • Familia Martínez Cerrillo de Dios
  • Familia Molina Luque
  • Familia Morilla González
  • Familia Moreno Expósito

2° Día Quinario en Honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno

Lectura del santo Evangelio según san Mateo (6,7-15)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así: «Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno.» Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.»

Palabra del Señor

La oración del cristiano es, ante todo, un acto de fe, de plena confianza en Dios.Por eso Jesús ofrece a los suyos las palabras con las que Él mismo se dirigía a Dios Padre. La oración del «Padrenuestro» recoge la esperanza de los hijos de Dios:

  • el sueño y el deseo de que un día todos reconocerán el nombre de Dios; -que nunca falte los dos panes que nutren la vida de los hombres, el pan de la vida y el pan del perdón.
  • Y la última petición, no hace referencia a las tentaciones de cada día, sino a la gran tentación que amenaza a todo discípulo: la de dudar del Maestro, la de renegarlo como hizo Pedro con Jesús en el momento de la catástrofe. Por tanto, tenemos que orar para que nuestra mirada sobre la vida se agudice y para someter nuestro corazón a la transparencia del Espíritu.

Por eso, quien ora sin perdonar habla en el vacío. No ha pasado al mundo nuevo, no sabe que, en Jesucristo, Dios le ha perdonado todas sus ofensas. ¿Cómo se entiende que muchos cristianos nos obstinemos en no perdonar? La única oración que Dios escucha es el grito de la fe.

Hoy, segundo día del Quinario en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno, preside la Santa Misa el Rvdo. P. D. Juan José Romero Coleto, Párroco de Nuestra Señora de Belén y hermano de la Cofradía.

La Santa Misa se aplicará por las intenciones de:

  • Familia Moreno Padilla
  • Familia Muñoz Almoguera
  • Familia Muñoz Medina
  • Familia Muñoz Rosales
  • Familia Nieto Camuñas
  • Familia Nieto Romero
  • Familia Parejo Jiménez
  • Familia Pérez Salar
  • Familia Romero Morilla
  • Familia Ruiz Hidalgo
  • Familia Ruiz García
  • Familia Salas Muriel

1° Día Quinario en Honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno

Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,31-46)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: «Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme.» Entonces los justos le contestarán: «Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?» Y el rey les dirá: «Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.» Y entonces dirá a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.» Entonces también éstos contestarán: «Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?» Y él replicará: «Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo.» Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»

Palabra del Señor

¡Extraño cara a cara, donde el Hijo del Hombre juzga al hombre sobre la calidad de su mirada! «Señor, ¿cuándo te vimos?». Unos y otros, benditos y malditos, plantean la misma pregunta. Pero los primeros, al dejar que su corazón se conmueva ante la miseria, han visto, en la fe, al que ahora contemplan sus ojos en el cara a cara decisivo. De lo que se trata, en nuestra vida de fe, es de compartir la santidad del que ha apostado por el hombre haciéndose hombre. La santidad, la salvación y las Bienaventuranzas, no consiste en «huir» hacia el más allá, sino en la capacidad de ver el más allá en el rostro del hombre concreto, del «prójimo», aparentemente tan poco divino. Este Evangelio es una llamada apremiante a penetrar lo cotidiano con dimensión de eternidad, a ver más allá de la apariencia, a ver en lo que se ve, el rostro del otro, lo que no se ve, el rostro de Dios.

Hoy, primer día del Quinario en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno, preside la Santa Misa el Rvdo. P. D. Jesús Enrique Aranda Cano, Director de la Casa Sacerdotal «San Juan de Ávila».

La Santa Misa se aplicará por las intenciones de:

  • Familia Sánchez Cazorla
  • Familia Santiago Moreno
  • Familia Santos Dueñas
  • Familia Sanz Cano
  • Familia Sanz Haro
  • Familia Tavera Rodriguez
  • Familia Tirado Pérez
  • Familia Valeriano Sanchez
  • Familia Valverde Serrano
  • Familia Velasco Valdivia
  • D. Santiago Tirado Pérez

Evangelio 1° Domingo de Cuaresma

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,12-15):

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.

Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

Palabra del Señor

Evangelio 6° Domingo del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,40-45)

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme.»

Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.» La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.

Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.»

Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.

Palabra del Señor

Es fácil estar de acuerdo con aquella vieja fábula que invitaba a no dejar ni una sola manzana podrida en el cesto por miedo a que se pudran las demás. Tiene su lógica, es razonable. Y así, se nos ha educado a «defendernos» de todo lo que nos pueda contaminar y apartarnos para que no nos salpique tanta suciedad. Nos han enseñado a separar, a marginar, a poner a parte a tantos «leprosos» de hoy: drogadictos, alcohólicos, chorizos… Pero viene Jesús y lo pone todo al revés. «Se le acerca un leproso y Él, sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó (¡qué atrevimiento!) diciendo: Quiero, queda limpio». Él ha venido a liberar, a salvar. No quiere que se margine a nadie. ¿Cómo podrá sanar un enfermo, si de antemano se le corta todo contacto con la vida? Se trata de una encrucijada: o buscamos solamente no contaminarnos con el mal, conservarnos limpios e impecable, colocar lejos de nuestra vista toda pobreza y maldad, es decir, a no mezclar las manzanas sanas con las podridas o, apostamos por la lógica evangélica: un poco de levadura, metida en la masa, es capaz de transformarla; un grano de sal, muriendo dentro, acaba dando sabor a toda la comida. De lo que se trata es de ir por el mundo con los brazos abiertos acogiendo, comprendiendo, compartiendo, integrando; aún a costa de tragarnos el miedo de que algo sucio se nos pueda pegar. Ir por el mundo dando la vida. Amando. Por cierto, hay otra lepra, la interior que todos llevamos, también esa la toca el Señor, siempre que estemos dispuestos a hacer este proceso: primero, lo tenemos que reconocer, segundo, que te duela y, tercero, que supliques con humildad su curación. Entonces el milagro acontece y la alegría llenará la casa de tu corazón y contagiarás a todos los que te rodean. Pues lo dicho, ¡a ser fermento!

Dejémonos contagiar de solidaridad y seamos como uno de tantos que creen en el “efecto ser humano” que nos propone la campaña de este año de Manos Unidas, como la única especie capaz de cambiar el planeta devolviendo la dignidad a tantos hombres y mujeres en los países necesitados del tercer mundo.

También en este domingo celebramos la jornada mundial del enfermo que bajo el lema “dar esperanza en la tristeza”, el Papa Francisco nos invita a cuidar al enfermo, cuidando las relaciones.

¡Feliz Domingo!

Evangelio 5° Domingo del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,29-39)

En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca.»

Él les respondió: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»

Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.

Palabra del Señor

Diariamente nos tropezamos con el hombre que está pasando alguna prueba. Le aflige el sufrimiento que se presenta con diferentes nombres: enfermedad, debilidad, fracaso, desempleo… Y en medio de las dificultades el hombre lucha, aguanta el asalto, continua viviendo, y aunque parece que el que sale vencedor es el sufrimiento, vencerá siempre el hombre, por haber resistido. El hombre probado es como la plata acrisolada: se convertirá en un hombre purificado, se hará más humano.

Jesús, siempre está en marcha, se hace compañero de camino y busca aliviar al hombre de todo lo que le impide vivir en plenitud, es decir, vivir sirviendo a los demás.

Jesús se acerca a la suegra de Pedro a quien la «fiebre» le impedía desempeñar los buenos oficios de la hospitalidad. Jesús se enfrenta al mal una vez más. No se limita solo a curarla sino que la toma de la mano y la levanta, dicho de otro modo, la incorpora a la verdadera vida, la «resucita» y, así, libre ya de su mal, puede «servir». Para eso ha visitado Dios a su pueblo, en su Hijo «probado en todo menos en el pecado». Prueba que solo se vence, donde se vencen las grandes batallas del hombre, en su corazón. Sólo con las armas del silencio, del retirarte a la soledad de tu corazón, a orar como nos enseña Jesús, podremos sobrevivir, salir vencedores de cualquier lucha. No te canses de luchar, no te canses de orar.

Hoy se celebra el día de la vocación franciscana. Oremos al buen Padre Dios para que siga suscitando hombres y mujeres que al estilo de Clara y Francisco de Asís continúen llevando a este mundo la suave fragancia del Evangelio vivido en obediencia, sin propio y en castidad.

¡Feliz Domingo!

Evangelio 4° Domingo del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,21-28)

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.

Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»

Jesús lo increpó: «Cállate y sal de él.»

El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.»

Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Palabra del Señor

“Todos los que estaban en la sinagoga se quedaron estupefactos”. Y corría de boca en boca la noticia: ha llegado alguien distinto de los letrados que enseñan, sábado tras sábado, en las sinagogas; alguien que no se limita a recitar lecciones aprendidas, sino que habla desde él mismo; alguien que dice cosas nuevas, verdades que no provocan miedo sino esperanza, que no oprimen sino que liberan; alguien tan sencillo que hasta los más pequeños lo entienden, y tan libre que planta cara a los sabios y a los poderosos; alguien que no engaña, que cada palabra que dice va avalada por los hechos. A esto la gente le ha puesto nombre: “enseñar con autoridad“. Y esa gente sencilla se va echando, con confianza, en los brazos de un nuevo maestro, que es capaz de alejar de sus corazones el dolor y la tristeza, y ponerlos en pie de esperanza, como ha hecho con este hombre, un poseído que sufre, un hombre fuera de si, desposeído de sí mismo, imagen de tantas vidas que se pierden por carecer de sentido, de tantas existencias que viven inhumanamente.

Es el nuevo culto que ha venido a inaugurar el Hijo de Dios, un culto que abre a la vida, que rescata de las garras del mal al hombre y le restablece la dignidad perdida. Y en el hoy que nos ha tocado vivir, hartos de tanta palabra sin vida, de discursos que aburren, de promesas incumplidas, necesitamos, para que la Palabra llegue desde el corazón de Dios hasta la gente, nuevos profetas y pastores que la lleven. Pero que la lleven, sobre todo, con sus vidas. Que no lleguen con sermones aprendidos que nada tienen que ver con la vida. Que no vengan oprimiendo: ya la vida se encarga de hacerlo. Que no traiga más problemas, sino salida a los eternos problemas que nos angustian. Hacen falta nuevos primeras y pastores honrados, humildes, aplicados. Sin ellos, ¿Cómo va a llegar la Palabra salvadora del Padre hasta el último rincón de la tierra? Sin cristianos que vivan, y trasmitan, la Buena Noticia, ¿cómo va a amanecer sobre el mundo la luz de la esperanza?

Igual se nos había olvidado: ¡todos somos profetas!!

¡Feliz Domingo!

Evangelio 2° Domingo del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,35-42)

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.» Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?» Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?» Él les dijo: «Venid y lo veréis.» Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»

Palabra del Señor

Después de escuchar este relato Evangélico qué agradecidos tenemos que estar a todos aquellos hombres y mujeres que conociendo a Cristo se han sentido tan enganchados a Él que lo van contagiando a otros. ¡Benditos los testigos que han hecho posible que la Fe llegue viva hasta nosotros, hasta nuestro dias!

Gracias al testimonio de Juan estos dos discípulos conocieron a Jesús: “Fueron, vieron …. y se quedaron con Él” Quedarse con Él es tomarlo, en adelante, como único Maestro. Es dejar atrás la duda, ese ir dando tumbos sin sentido por el pecado y por la muerte, y entrar en la Buena Noticia que nos salva. Ha bastado, por nuestra parte, el gesto de abrir la puerta, y Él se nos ha entrado en el corazón: se nos ha manifestado. A partir de este momento, ya no seremos nosotros: será Él quien viva en nosotros. Y todo lo empezaremos a ver con otros ojos: los suyos. Todo tiene ya un sentido nuevo, desde la risa hasta la cruz. Ya vale la pena vivir. Y morir.

Y entonces, acontece lo inevitable. Aunque quisiéramos, no podemos guardar para nosotros la noticia que nos ha hecho tan felices. No se puede ocultar por mucho tiempo la alegría. Lo delata los ojos, luego el semblante, de ahí pasa a los labios y a la vida. Porque es imposible guardar para si una alegría que nos está haciendo brincar el corazón. Y salimos por ahí comunicando a otros que, por fin, hemos encontrado a alguien que da sentido a nuestra vida: “¡Hemos encontrado al Mesías!

Y la cadena sigue, y sigue. Hasta nosotros. Hasta ti.

¡Feliz Domingo!