El pasado sábado, despedíamos a las Hermana Carolina Díaz Reyes, Hospitalaria Franciscana de Jesús Nazareno, después de una larga enfermedad.
La Hermana Carolina ha sido un verdadero faro de amor y dedicación a la Congregación Hospitalaria. Recordamos su espíritu incansable y su excepcional habilidad para transformar cada espacio en un verdadero hogar. Con manos expertas y un ingenio admirable, era capaz de solventar las necesidades prácticas de nuestras casas, haciendo de cada reparación un acto de amor y servicio.
Su vida fue un constante testimonio de amor incondicional y entrega hospitalaria.
Rogamos a María Santísima Nazarena, al Beato Padre Cristóbal de Santa Catalina y a San Bartolomé Apóstol que intecedan ante Jesús Nazareno para que acoja a nuestra querida Hermana Carolina para que goce de la vida eterna en su Gloriosa presencia y brille para ella la luz Perpetua.
¡Descanse en Paz!.