Lectura del santo Evangelio según san Mateo (6,7-15)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así: «Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno.» Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.»
Palabra del Señor
La oración del cristiano es, ante todo, un acto de fe, de plena confianza en Dios.
Por eso, Jesús ofrece a los suyos, las palabras con las que Él mismo se dirigía a Dios Padre. La oración del «Padrenuestro» recoge la esperanza de los hijos de Dios:
El sueño y el deseo de que un día todos reconocerán el nombre de Dios; Que nunca falte los dos panes que nutren la vida de los hombres, el pan de la vida y el pan del perdón. Y la última petición, no hace referencia a las tentaciones de cada día, sino a la gran tentación que amenaza a todo discípulo: la de dudar del Maestro, la de renegarlo como hizo Pedro con Jesús en el momento de la catástrofe. Por tanto, tenemos que orar para que nuestra mirada sobre la vida se agudice y para someter nuestro corazón a la transparencia del Espíritu.Por eso, quien ora sin perdonar habla en el vacío. No ha pasado al mundo nuevo, no sabe que, en Jesucristo, Dios le ha perdonado todas sus ofensas. ¿Cómo se entiende que muchos cristianos nos obstinemos en no perdonar? La única oración que Dios escucha es el grito de la fe.
Este segundo día de Quinario va dedicado a las familias de la Cofradía y de la parroquia de San Andrés.
A partir de esta noche a las 20:30 h. dará comienzo el Quinario en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno, y la Cofradía, como ha realizado en los últimos años, retransmitirá en directo para los hermanos que no se puedan desplazar hasta la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno, el Solemne Quinario en Honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Solemne Fiesta de Regla de la Cofradía.
Aquí pueden acceder a las retransmisiones de cada uno de los días:
Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,31-46)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: «Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme.» Entonces los justos le contestarán: «Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?» Y el rey les dirá: «Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.» Y entonces dirá a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.» Entonces también éstos contestarán: «Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?» Y él replicará: «Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo.» Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»
Palabra del Señor
¡Extraño cara a cara, donde el Hijo del Hombre juzga al hombre sobre la calidad de su mirada! «Señor, ¿cuándo te vimos?». Unos y otros, benditos y malditos, plantean la misma pregunta. Pero los primeros, al dejar que su corazón se conmueva ante la miseria, han visto, en la fe, al que ahora contemplan sus ojos en el cara a cara decisivo. De lo que se trata, en nuestra vida de fe, es de compartir la santidad del que ha apostado por el hombre haciéndose hombre.
La santidad, la salvación y las Bienaventuranzas, no consiste en «huir» hacia el más allá, sino en la capacidad de ver el más allá en el rostro del hombre concreto, del «prójimo», aparentemente tan poco divino.
Este Evangelio es una llamada apremiante a penetrar lo cotidiano con dimensión de eternidad, a ver más allá de la apariencia, a ver en lo que se ve, el rostro del otro, lo que no se ve, el rostro de Dios.
Hoy, primer día del Quinario en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno, la Santa Misa se aplicará por las intenciones de:
Lectura del santo evangelio según san Mateo (4,1-11):
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes». Pero él le contestó: «Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”». Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”». Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”». De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras». Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”». Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.
Palabra del Señor
«El Espíritu empujó a Jesús al desierto».
El desierto siempre recuerda que vamos de paso. Es lugar de purificación y de esperanza. Lugar de las grandes batallas y para los grandes encuentros. Y Jesús, como uno más, entró en el desierto. A solas con su limitación y con su miedo, cercado por una naturaleza que se le encrespa: «vivía entre alimañas»; sin seguridades en que apoyarse «dejándose tentar por satanás»; desgastado por el hambre y la sed. Una batalla que no será vencida de una vez para siempre, que irá ganando día a día, hasta el fracaso de la cruz. Nosotros, en este primer domingo de Cuaresma, estamos invitados también a entrar en el desierto de nuestro corazón. En él nos vamos convenciendo de la inutilidad de tantas cosas que antes creíamos necesarias; de los débiles que eran nuestros puntos de apoyo. El desierto invita a dejar pesos inútiles que nos impiden caminar con paso firme; las comodidades que acabaran enmoheciendo la disponibilidad; el consumismo que pone en peligro toda nuestra escala de valores y, las seguridades que nos tientan a que apartemos los ojos del que es nuestra única seguridad: el Señor. En el desierto, en definitiva, nos damos cuenta de nuestra radical pobreza, y se abre la hermosa posibilidad de acabar descubriendo que Dios es nuestra riqueza. Y así, superaras las grandes tentaciones de la vida de los hombres: poder, placer y poseer, saldremos fortalecidos y deseosos de vivir la vida con la libertad de los hijos de Dios.
Mañana domingo, en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno en horario de 10:00 h a 14:00 h y de 17:30 h a 20:30 h estará expuesto a Veneración de los Fieles la Sagrada Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
El acto se clausurará como es costumbre con el rezo de Vísperas junto a las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno.
Iglesia Hospital de Jesús Nazareno Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima Nazarena, San Bartolomé y Beato Padre Cristóbal de Santa Catalina
Salvador Ruiz Pino
Cuando se pone la tarde de la traición consumada, cuando cruzas tu mirada con mi ingratitud cobarde, cuando el corazón me arde ante el semblante sereno de misericordia lleno de un Dios que avanza vencido, sólo es mirarte así herido ya quiero seguirte, Nazareno.
Rvdo. Sr. Consiliario, Sr. Hermano Mayor y Sres. Miembros de la Junta de Gobierno de la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima Nazarena, San Bartolomé y Beato Padre Cristóbal de Santa Catalina.
Superiora y Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno Franciscanas.
Sra. Directora del Colegio Diocesano Jesús Nazareno.
Queridos amigos y hermanos todos.
Sean mis primeras palabras, como no podía ser de otra forma, para agradecer la invitación que recibí de la Hermandad por medio de Antonio Joaquín Santiago para compartir con todos ustedes este acto de exaltación de la Cuaresma, tras la presentación del magnífico cartel que nos invita, una vez más, a poner los ojos en el Señor que camina hacia el Calvario. Agradecimiento que debo reiterarle a él por la presentación que acaba realizar de mi persona, que como comprenderán tiene mucho más de aprecio que de verdad, mucha más ponderación que realidad y mucha más generosidad por su parte que mérito por la mía. Gracias, amigo Antonio, por tus palabras.
Es por ello por lo que comparezco ante ustedes, por pura generosidad del Dueño de esta Casa y Hospital, que, como siempre, nos contempla amoroso y paciente, fijos sus ojos en aquellos que se acercan, cada viernes, ante su presencia que consuela, acoge y levanta. A Él, que nos congrega hoy, en un presente eterno, y a su Madre del “sí” de Nazaret, pido la venia, a la vez que suplico por adelantado, también a ustedes, la clemencia necesaria para perdonar las muchas imperfecciones y defectos que, de seguro, podrán escuchar en las palabras que seguirán y que son fruto de mis abundantes limitaciones, de las que soy conocedor y consciente, pero que no me impiden asumir esta tarea con agradecida responsabilidad y no poca temeridad por mi parte.
Lo hago porque se lo debo, porque hace muchos años prometí no negarle nada a lo que viniera de su parte y de su Nombre, y así vino esto, sin preverlo, como Él hace las cosas, para que creamos ingenuos que el favor lo hacemos nosotros cuando todo lo que tenemos, somos y esperamos viene de su Divina Voluntad y Providencia. Por Él, todo con Él y en Él, el Divino Caminante de la cruz de plata. Porque en mi familia, en mi casa, a Dios también le llamamos, como en la de casi todos los aquí presentes, Jesús Nazareno. O simplemente, Jesús. Sin apellidos ni título. ¡Qué hermoso es tener así a Dios, cercano, amante y caminando con nosotros! Yo, como muchos aquí, así he crecido. Contemplando el rostro de Jesús Nazareno en mi casa y viendo a mis mayores acudir a Él en cada necesidad y cada vez que se podía, compartiendo con Él las angustias y contrariedades de la vida y también las alegrías de cada niño que nacía que, al igual que hicieron conmigo, era puesto a sus pies para pedir la protección del que es nuestra fuerza, nuestra salud y nuestra esperanza. Si cierro los ojos y pienso en Dios siempre surge su rostro, dulce, amable y compasivo, y su figura portentosa con una cruz de plata sobre su hombro izquierdo. No recuerdo una Semana Santa en mi vida, salvo en tiempo de pandemia, que no haya vestido su túnica y alumbrado su camino, desde que nací hasta hoy. Por eso, estar aquí es obligado, pues es el mismo y único Dios, el mismo y único Hijo de Dios, quien se abre paso por la Vía Dolorosa, ya sea desde esta Iglesia Hospital del Padre Cristóbal o desde la pequeña Iglesia del Espíritu Santo -como se ha dejado dicho en la presentación que se me hacía, donde vive, reina y recibe la gloria de sus hijos de La Rambla mi Nazareno de Juan de Mesa- es Él, como digo, siempre Él, quien nos mira, quien nos protege, quien nos habla al corazón para recordarnos que somos suyos. Por eso… que sin entender sufre el ser humano.
Cuando miro tu rostro, Soberano, abrazando esa cruz que luce erguida imagen de las cruces de la vida Al pensar que he salido de tu mano mi alma se conmueve estremecida, cuando veo mi herida ante tu herida porque siendo Dios, te siento hermano. Oh Jesús Nazareno en luna llena que en silencio nos ofreces las razones de un amor que redime la condena. Médico y Hospital de mil perdones donde enfermera igual es Nazarena y se curan los heridos corazones.
Antes de subir a Jerusalén, dijo el Divino Maestro: «Si alguno quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga» (Mt 16, 24). Nadie que quiera aprender en la Escuela Sagrada de este Cordero manso y sin tacha podrá nunca hacerlo si no es desde la imitación de lo que hemos visto y oído. ¿Y qué es lo que hemos podido ver y oír? A un Hombre. Un Hombre en el que se revela la verdad de todo hombre y de todo lo humano que carga con una cruz, que aunque con la apariencia de la hermosa plata, pues en Ella se encierran los tesoros de nuestra redención, es un madero pesado que hasta en tres ocasiones arrastró por tierra al Hijo de Dios. Un Hombre -¡y más que un hombre!- que ha abrazado el dolor ajeno como propio, que ha querido (¡Misterio de la Divina Voluntad!) hacerse uno de nosotros hasta tal punto que ha asumido las mismas consecuencias de nuestras rebeliones: el dolor, el sufrimiento y la muerte. ¡Quién haría esto si no fuese un loco o un enamorado! ¡O ambas cosas! Y todo ello, lo sabemos bien, en la quietud de cada Jueves Santo. Después de que enmudezcan litúrgicamente las campanas para entrar en el silencio de la Pasión salvadora de Cristo Entregado. ¡Qué bien sabe esta Hermandad lo que es el Amor, con mayúscula! Porque sólo necesita mirarle a Él para encontrar el significado más perfecto, la explicación más clara y el sentido más verdadero de estapalabra, tantas veces manida, forzada y desdibujada en nuestro mundo. Sí, nosotros lo sabemos. El Amor es Él, el Amor es un Hombre que avanza con una cruz camino del Calvario seguido de un palio de respeto:
El amor camina custodiado por cuatro ángeles de plata y cera en luna de Nisán y primavera marcha amante, libre y entregado. Amor por nosotros Encarnado, en serio nos amó, no en la teoría. Quién viéndole pasar no le daría sólo un beso dulce agradecido, consuelo de un amor tan malherido que sólo así el amor se pagaría.
¡Qué hondo misterio, este del dolor, que marca la vida de todo ser humano aquí en la Tierra! ¡Cuántas cruces siguen hoy alzándose con el grito, todavía difícil de entender para todos nosotros, «Dios mío, ¿por qué me has abandonado?», del Salmo 22 que el mismo Cristo recitó desde el madero!
«Que tome su cruz y me siga» (Mt 16, 24). Habla claro este buen Jesús que no quiere que nadie se lleve a engaño. «Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío» (Lc 14, 27). No se trata de sentir simple admiración, atracción o simpatía por este Nazareno al que acudimos, seguro que con sincera devoción, cuando la vida se nos vuelve cuesta arriba, cuando los bancos de esta Iglesia se convierten, como si de piedra fueran, en Muro de Lamentaciones cordobés, esponjada la madera de tantas lágrimas, deseos o peticiones, Calvario donde se clavan las rodillas para implorar salud -salud sobre todo-, trabajo, reconciliación o cualquier cosa que, por necesaria, es justo pedir al Rey de Reyes que siempre nos recibe aquí en su casa. Mal haríamos, sin duda, si ante la necesidad no acudiéramos al Único que tiene Poder para remediarla. Y no sólo Poder, también Voluntad. Porque paciente espera, como lleva haciéndolo más de cuatro siglos, a que sus hijos queridos, en sus dolores y angustias, se acerquen a Él, como lo han hecho siempre los cordobeses, para encomendarse confiados a su Divina Providencia. ¡Cuántas madres han llorado implorando por sus hijos ante su presencia! ¡Cuánto dolor compartido con el que sabe tanto de dolores! ¡Cuánto amor derramado a los pies del que tanto ama desde su camarín sagrado! ¡Cuánta esperanza perdida volvió a brillar ante su presencia!
El misterio del dolor y del sufrimiento hasta la muerte, que interroga la vida de todo hombre y mujer en este mundo, sólo tiene respuesta en Aquel que lo atravesó, en silencio, como lo sigue haciendo cada Jueves Santo, con pisada firme, libremente y con el corazón inflamado en el Divino Amor que nos redimió. Ya nos decía San León Magno que “Passio enim Domini usque ad finem producitur mundi” (la Pasión del Señor se prolonga hasta el fin del mundo). Y concreta este Sumo Pontífice que ésta (la Pasión del Señor) “se prolonga en su cuerpo místico que es la Iglesia, especialmente en los pobres, en los enfermos y en los perseguidos”. Por eso, ante la pregunta, ¿dónde sufre, agoniza y muere hoy Jesús?, podemos responder sin equívoco que, de una forma particularmente dolorosa, Cristo sigue agonizando en los pobres, en cada hombre y mujer que sufre por cualquier causa en este mundo. Hasta el final de los tiempos, mientras sufran los pobres, el Señor estará clavado en la cruz de sus sufrimientos con los clavos del amor infinito de todo un Dios encarnado por nosotros y, especialmente, por ellos. Éstos fueron los destinatarios privilegiados del Evangelio, los bienaventurados por excelencia, porque Dios se hizo uno de ellos. Acabamos de ver hace escasos días a todo un Dios desahuciado, naciendo en un pobre portal, y no podemos olvidar que pesebre y Calvario están íntimamente relacionados; si el pesebre es humildad, la cruz es humillación, consumación de la voluntad del Padre, aceptada por el Verbo en su Encarnación, al vestir y asumir en su naturaleza divina la pobreza de la corrupción de nuestra carne. Nunca debemos olvidar que Cristo, este Jesús que nos preside, Jesús Nazareno, es el pobre de Yavhé, pobre entre los pobres, el hijo de la humilde esclava de Nazaret, nuestra Madre Nazarena Nuestro Rey reina desde el trono de la cruz, y ese reinado es un reinado perpetuo. En tiempos, como los que vivimos, de guerras y terremotos, donde siempre los inocentes y los más vulnerables sufren con mayor intensidad las consecuencias dramáticas de la condición precaria de todo ser humano, donde hasta el creyente de fe más firme se interroga con un ‘por qué’ que no obtiene respuesta, sólo nos queda mirar a la Cruz. Mirar a la Cruz y a las manos que la abrazan… Mirarle para seguirle.
Seguir al Nazareno es haberme encontrado con Él en el camino, en los caminos, tantos caminos, de la vida, de mi vida. Saberme encontrado, elegido, mirado y amado por Jesús, que no es una idea, sino una persona viva; no es un recuerdo, sino un presente; no es un qué, sino un quién. El Eterno coetáneo, el perpetuo Compañero, el Amigo que no falla, el Esposo fiel, el Salvador que me busca y me encuentra,
Él siempre Presente, siempre Amante, siempre Paciente, siempre Actuante, siempre Doliente, siempre Triunfante…
Seguir al Nazareno es agarrar el cirio encendido de mi bautismo cada día como lo hacemos cada Jueves Santo. Reconocer la Dignidad que mereció de este Divino Caminante una entrega sin reserva de su propia vida hasta la muerte en la Cruz, a la que todavía se nos muestra aquí abrazando como si gritara desde su bendito camarín a quienes nos sentamos tantas veces en estos bancos o lo contemplamos avanzando sobre su paso de caoba y plata: ¡Mira! ¡Así te quiero! ¡Hasta el extremo!
Seguir al Nazareno es reconocerse pequeño, niño casi, con la inocencia de los ojos de ese remolino de esclavinas y monaguillos que sólo saben, quizá, que están acompañando al Señor y a la Virgen mientras se pasean por las calles de esta vieja y adormecida Ciudad y eso les basta para estar alegres, porque han deseado este momento durante todo el año y saben que con eso Jesús y su Madre están contentos. Los niños no son el futuro de nuestra Hermandad, son un presente puro, ilusionante y motivador. Por eso, nuestro Colegio de Jesús Nazareno es, sin duda, uno de los pulmones desde los que debe respirar la Cofradía si queremos que la cadena no se rompa y la devoción a Jesús Nazareno atraviese, como lo ha hecho siempre, los umbrales de los tiempos y los siglos, aún cuando éstos se vuelven oscuros e inciertos. ¡Qué será de las cofradías que no aprendan a transmitir esta fe que nosotros vivimos a las generaciones que vienen! ¡Cuánto nos jugamos en esto! ¡Y cuánto bien estamos haciendo a estos hombres y mujeres de mañana cuando les mostramos desde niños dónde está el consuelo para cuando lleguen las amarguras, dónde está la fuerza para cuando se acumulen las derrotas, dónde está la luz para cuando todo se apague alrededor…!
Seguir al Nazareno es descubrir, como lo hizo el Padre Cristóbal, que Él no quiere ser servido en un culto vacío que busca sólo ostentación, sino que este Soberano Señor y su Madre Amantísima quieren ser servidos en los más pobres entre los pobres, los que nadie quiere, los que no cuentan y son descartados, los ancianos y los pequeños, los enfermos y los sufrientes, los abandonados, los desesperados, tantos crucificados de nuestro tiempo. Los trescientos cincuenta años que estamos cumpliendo desde que el más notable hermano de nuestra corporación ingresara en el censo de la Cofradía y se fundaran, de seguido, este inmenso regalo del Espíritu Santo a Córdoba y a toda la Iglesia que son las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, deben hacernos recapacitar siempre sobre esta primera, primerísima obligación de nuestra Hermandad, que no debe nunca olvidar sus orígenes, aquellas seis camas del Hospitalillo de San Bartolomé que, en acorde evolución con los tiempos actuales, derivan hoy en la bolsa de caridad de la Hermandad, pilar fundamental que nos define y nos hace creíbles como cristianos y como cofrades. ¡Si no servimos a Cristo Pobre en los pobres no podemos ser discípulos suyos, bien lo sabemos!
Seguir al Nazareno es llevar en nuestra carne el amoroso abrazo de la Hermana Pobreza, como nos recuerda el cíngulo que ciñe la cintura del hermano nazareno cada vez que la Cofradía se pone en la calle en esa gran catequesis y pública protestación de fe que es la Estación de Penitencia del Jueves Santo. Cíngulo Franciscano como franciscanas son las Hermanas Hospitalarias, que con la confianza en la Providencia que el mismo Jesús le inspiró al Padre Cristóbal, nos impulsa a una vida cada vez más austera y confiada, más alegre y más libre, como la del Poverello de Asís, que se enamoró loca y perdidamente de su Señor al abrazarlo y besarlo en la carne, ya putrefacta, del leproso y se despojó de todo para hacerse como Él, pobre como Cristo pobre. Seguir al Nazareno es saberse eslabón de una cadena de más de cuatro siglos, aún con sus interrupciones históricas, de Cofradía, y de más de dos mil años de Iglesia. Es experimentar que nadie es discípulo en solitario, sino que le seguimos en la comunidad del Pueblo Santo de Dios, subidos y remando en la barca de Pedro, que hoy se llama Francisco, en comunión efectiva y afectiva con el Vicario de Jesús Nazareno en la Tierra, a quien Él ha puesto para pastorear a sus corderos, y de su obispo en esta Iglesia particular de Córdoba, que nos actualiza y garantiza la sucesión apostólica hasta nuestros días. Jesús Nazareno sí, Iglesia también. Nunca uno sin la otra.
Seguir al Nazareno es, en definitiva, buscarle y encontrarse con Él, siempre, siempre, en el pan blanco, en su carne entregada y en su sangre derramada, en su presencia real, ¡no figurada!, que espera -¡te espera!- vivo en el divino tabernáculo, sagrarios custodios de su Majestad callada, humilde y amante.
Nazareno del pan blanco que por nosotros te entregas. Nazareno del Sagrario que el sufrimiento consuelas, que en el silencio me hablas y mi visita deseas. Con mi nombre entre los labios me llamas y me sondeas y me abrazas desde adentro con una voz que resuena. Nazareno del pan blanco, misterio de luna llena de la tarde de la Pascua de tan Sagrada Cena, cuando el Jueves se hace Viernes de devoción nazarena.
Y así lo encontraremos tras la espera. Una nueva Cuaresma, tan sólo una Cuaresma, nos separa de este encuentro nazareno que nuestro corazón tiene agendado de año en año en el calendario vital de nuestro corazón cofrade. Cinco domingos, a contar desde el próximo, para conmemorar el núcleo fundamental de nuestra fe, para buscarle en cada esquina como cuando éramos jóvenes y verle pasar, entre el trasminar del azahar de los naranjos en flor y la nube humeante del incienso que eleva las oraciones de los que le contemplan, el olor del azúcar y la miel de los dulces caseros y la cera color tiniebla que se consume, chispeante, para alumbrarle el camino; con el sol reflejado en las paredes recién blanqueadas de las casas o las estrellas tintineando a lo lejos, tras el palio de la Madre Dolorosa. Preparemos no sólo lo exterior, que es tanto en estos días de limpieza de enseres y conversaciones entre amigos y hermanos, sino también lo profundo, avivando el deseo de renovar, una vez más, la respuesta que un día dimos a este Nazareno del Padre Cristóbal con el compromiso de seguirle, con nuestra propia cruz, que Él mismo lleva, como Cireneos agradecidos, adonde quiera que su Voluntad nos ponga o nos lleve. Descubrir que el sentido de la vida está en encontrarme con Él, vivir de Él, fiarme de Él, convertirme a Él, hacerme como Él, despojarme en Él, abrazarme a Él, entregarme a Él… Como lo hizo Ella:
Estando la Nazarena la de los ojos abiertos y la mirada serena, porque mira con ternura donde los vencejos vuelan, donde la luna se asoma desde su cielo de estrellas, donde vive el Padre Eterno que la eligió por Doncella. Estando en el mismo instante en que pasaba a su vera el Hijo de sus entrañas camino a “La Calavera”, cargado con el madero que plata en caoba refleja, pisando la vía sacra peana de plata bella, mirando suave esos ojos que también le buscan a Ella, mientras derrama su llanto con que nuestras almas riega, recuerda el mensaje aquél que el Ángel Gabriel le lleva, y la espada, que son siete, que el corazón le atraviesa que Simeón el Anciano le anunció en una escalera. Mirando a este muchacho que arrastra la cruel madera, que en su vientre se formó desde aquella primavera sólo puede repetirle, Señor de Alianza Nueva, mira de nuevo a tu sierva, a tu esclava Nazarena. El cumplir de la promesa, el final de nuestra espera, de nuestra raza el orgullo y de la humanidad la perla. Mírame, te dice, hermano, mira mi llanto y mi pena, mira el dolor de tu Madre, que con sufrimiento reina, y no olvides que es Amor el Amor de un alma llena de un “sí” que todo inunda, que todavía aquí resuena, y te invita a que la mires, a contemplar su belleza y no pase un solo día de esta próxima Cuaresma sin saludar a María, a la Virgen Nazarena.
A partir de hoy viernes 24 de febrero y hasta el domingo 26 de marzo, la Vocalía de Caridad de la Cofradía organiza la 9° Edición de la Campaña Solidaria «Comparte tu Desayuno».
En esta ocasión, se pide expresamente que sea Leche el producto a recoger y que serán destinados a la Obra Social de la Cofradía.
Durante este mes, todas las personas que deseen colaborar con esta iniciativa podrán entrega la leche en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno durante los días de Cultos ( 26 de febrero durante la Veneración y del 27 de febrero al 4 de marzo de 20 a 20.30 horas, durante el Quinario) y en la Casa de Hermandad, Calleja El Rehoyo, los días de ensayo ( 9 marzo de 21 a 22 horas y los días 5, 12 y 26 de marzo de 11 a 12 horas) y la días de Reparto de Túnicas.
Nuevamente queremos agradecer a nuestros hermanos y costaleros que apoyen a la Vocalía de Caridad de la Cofradía con proyectos solidarios. Esperamos poder ayudar a muchas personas necesitadas. ¡¡Participa!!.
Publicado el
Hoy a las 17:30 h dará comienzo el reparto de papeletas de sitio y túnicas para los hermanos que realizaron estación de penitencia en 2022. Durante el fin de semana en horario de 17:30 h a 21:00 h hoy viernes, 24 de febrero, y de 10:30 h a 13:30 h el sábado y el domingo, 25 y 26 de febrero los hermanos podrán retirar su papeleta de sitio y la túnica, para los que no dispongan de ella en propiedad.
Si algún hermano tiene dificultades para llegarse durante este fin de semana, tiene que ponerse en contacto con el Vocal de Estación de Penitencia, a través del correo electrónico penitencia@nazarenocordoba.es o a través del móvil 665 25 91 34. Los hermanos que no hicieron Estación de Penitencia en 2023 o quieren salir este año por primera vez sus fechas para poder recoger su papeleta de sitio y su túnica será el viernes 10 de marzo de 17:30 a 21:00 horas y el sábado 11 y domingo 12 de marzo de 10:30 a 13:30 horas. El Reparto se realizará como es costumbre en la Casa Hermandad, entrada por la calleja del Rehoyo, s/n, junto a la Plaza de San Agustín.
La Asociación Cultural Córdoba Eterna, dentro del proyecto «El Arte en sus manos», ha creado un ciclo de conciertos de música sacra, uno de música de capilla, otro de música lírica sacra y otro de música cofrade.
El fin primordial de la Asociación, dentro de este proyecto, es impulsar la Semana Santa de Córdoba a muy diversos niveles, propiciando que su puesta en valor sea un reconocimiento a nivel internacional, y apoyando la candidatura de la misma como «Bien de interés turistico». Independientemente de ello, por el acervo cultural y cofrade, quienes componen la Asociación, creen que este tipo de actividades, conforman una apuesta por elevar con mayúsculas la religiosidad popular de nuestra ciudad, y todo lo que ella comprende.
Por ello está Asociación ha tenido a bien, celebrar uno de sus conciertos en nuestra Iglesia Hospital de Jesús Nazareno.
Será el próximo viernes, 3 de marzo. El Concierto será presentado por nuestra hermana Dña. Irene Gallardo y empezará a las 21.30 horas, tras la finalización del quinto día del Quinario a Nuestro Padre Jesús Nazareno. Dicho concierto será a cargo de la Capilla Musical Ars Sacra y el bajo Julio Nomdedeu como voz solista.
La entrada será libre hasta completar aforo.
Seguidamente les mostramos los CV de los intervinientes en dicho concierto.
Julio Nomdedeu
Nace en la ciudad de Sevilla y desde su infancia se inicia en las artes escénicas. A los siete años comienza sus estudios de piano en el Conservatorio Cristóbal de Morales. Poco después, descubre su amor por la música vocal y empieza a cantar en la Escolanía Salesiana María Auxiliadora, en la cual cantará a lo largo de muchos años y será instruido por varios profesionales especializándose en el repertorio de la música antigua.
Justo en la muda de su voz, empieza a recibir clases particulares de canto e interpretación. Prueba disciplinas alejadas de la música culta, como lo es el teatro musical, donde realiza giras por toda España y gana premios y nominaciones a Mejor Intérprete. Con la mayoría de edad, comienza el grado profesional de Canto en el Conservatorio Profesional Cristóbal de Morales con la soprano Patrocinio Sánchez como profesora y fuera del mismo, complementa su formación con el bajo-barítono Luciano Miotto. En 2019 comienza a cantar como solista lírico con la Compañía Sevillana de Zarzuela y comienza su trabajo como miembro del Coro del Teatro de la Maestranza. Es en éste mismo teatro donde debuta como solista de ópera, en la producción El Gato Montes. En 2022 comienza a trabajar con el bajo Francisco Crespo y ese mismo año, entra en el Conservatorio Superior Manuel Castillo, donde recibe clases de la soprano Rosa María De Alba y el pianista repertorista Francisco Manuel Soriano.
“CAPILLA MUSICAL ARS SACRA”
La Capilla Musical Ars Sacra es una de las formaciones musicales más destacadas dentro del género sacro. Dicha formación sevillana es reorganizada en Octubre de 2018, y desde entonces participa en multitud de actos y cultos religiosos repartidos por toda la geografía andaluza.
Su formación instrumental es tradicional (oboe, clarinete y fagot), y sus componentes, Mario Rico Aguilar (oboísta), David Delgado Expósito (clarinetista), y Jesús Moreno González (fagotista), profesionales contrastados y con amplio bagaje en el mundo de la música.
En la Cuaresma de 2020 la formación saca su primer trabajo discográfico. Un álbum titulado «Silentium», el cual intenta llegar a lo más profundo del oyente. El álbum de Ars Sacra llega tras más de 10 años sin publicarse ningún disco de música de capilla. Rico en obras variadas como motetes, coplas, saetas y obras litúrgicas, en su mayoría inéditas. Desde entonces, Silentium está presente en muchísimas tiendas cofrades y librerías de toda España, así como en grandes almacenes, y en todas las plataformas digitales musicales consiguiendo un alto índice de reproducciones, colocándose a la cabeza en su género, y sirviendo a su vez como colaboración a muchas hermandades para la realización de multitud de actos cultuales.
Ars Sacra afirma tiene probablemente uno de los archivos musicales mas extensos de su género, poseyendo un extensísimo repertorio de más de 500 obras musicales, y manteniendo una constante labor de investigación.
Entre las innumerables actuaciones de Ars Sacra podemos destacar los acompañamiento en los traslados junto a las Hermandades de El Huerto y El Císter en septiembre de 2019 en la Magna Exposición Nazarena de Córdoba.
En el apartado de conciertos destacar el “Concierto Sacro Silentium” ofrecido en 2020 en la Hdad. de la Veracruz de Sevilla junto al grupo de voces graves De Profundis, y en la Real Iglesia de San Pablo de Córdoba (Hdad. de la Expiración), en este caso con recitado de pasajes bíblicos a modo de reflexión junto a una servidora. Otros conciertos relevantes fueron “La Música Sacra en las Cofradías: evolución” organizado en 2021 por el Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla, siendo el único conjunto musical de su género; así como el concierto “Música y cristiandad en púrpura”, organizado por el Ayuntamiento de Córdoba y el IMTUR dentro del programa “Córdoba en Púrpura”.
En paralelo, la formación colabora también activamente en ponencias, jornadas de formación, colaboración en exposiciones como la conocida “In Paradisum” organizada por el Consejo de Hermandades y de Sevilla. Ha participado en el disco del ganador de multitud de concursos de saetas Antonio Ortega, y recientemente ha puesto sus sones al cortometraje “Hipocampo” del director Fernando Pérez.
Su actividad comprende un amplio abanico de actos, centrados sobre todo en el acompañamiento musical a cultos internos o externos, ya sea instrumentalmente como acompañamiento a solistas o formación vocales. Hablamos de actos cultuales como vía crucis, rezos del rosario, Siete Palabras, Cinco Llagas, Funciones Principales, presentaciones de cartel, misas, vía matris, meditaciones, vía lucis,…. Siempre respetando y adecuándose correctamente a cada culto y cuidando la importancia de la música dentro de la liturgia.
Entre sus numerosos acompañamiento se pueden destacar los acompañamiento en salidas extraordinarias como la del Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono de la Hermandad del Cerro del Águila de Sevilla, o Nuestra Señora Reina de los Mártires, la de la Hermandad de la Buena Muerte de Córdoba, o Jesús Nazareno de Juan de Mesa y Velasco de la vecina localidad de la Rambla.
Reseñar el Vía Crucis Oficial de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba en 2022 o los de los Consejos de Hermandades y Cofradías de Écija o la ciudad de Morón de la Frontera.
Sobre Cultos internos podemos referir su actividad junto a Hdades. Del Museo, las Siete Palabras, Veracruz de Sevilla, o acompañamientos procesionales en Semana Santa junto a la Hdades. De Cristo de Burgos, Los Negritos, ambas en Sevilla, otras ciudades como Écija, Marchena o Lucena, así como su acompañamiento en Viernes Santo al Cristo de la Expiración y María Santísima del Silencio de Córdoba, ciudad en la que también trabaja actualmente a hermandades como El Císter (La Sangre), las Penas de Santiago, El Huerto, El Calvario y otras muchas de la provincia cordobesa.
Con su sonido, la Capilla Musical Ars Sacra, quiere priorizar la pureza del sonido, el sentimiento, interiorizar la fe y acercanos al arte sacro, extrayendo lo mejor del valiosísimo patrimonio musical cofrade y religioso que poseemos.
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Hoy Miércoles de Ceniza, la Hermandad del Santo Sepulcro dará comienzo a los actos de su 450 aniversario fundacional con la apertura de la Puerta Santa Jubilar.
Con motivo de esta efeméride, la Titular Mariana de esta querida Hermandad, Ntra. Sra. Del Desconsuelo en su Soledad, va a formar parte del Altar de Cultos Extraordinario con motivo de tal aniversario.
Por ello, para esta ocasión, la Congregación de Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno Franciscanas y la Cofradía, han cedido la Diadema de Ntra. Sra. De la Soledad, ya que 1978 también fue cedida para dicha Imagen.
Para toda la familia Nazarena es un honor poder participar y colaborar en esta celebración tan importante para los hermanos del Santo Sepulcro, y para toda la Córdoba Cofrade.