Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,37-42)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.»
Palabra del Señor
Duras palabras y difícil de entender en la boca de Jesús del que tenemos que aprender a ser «manso y humilde de corazón». Una vez más nos muestra el Evangelio la importancia de la fe en Cristo y, en especial, en su persona. Una fe que tiene que estar por encima de las cosas más sagradas y más grandes de la vida. Seria una fe falsa aquella que, para no romper los vínculos familiares o amistosos, permaneciera en un nivel superficial o lo fuera solo de nombre, sin ninguna exigencia. La fe verdadera, para el Evangelio, significa optar clara y decididamente por la persona de Cristo, aunque esto supusiera, renunciar a los sentimientos más profundos del corazón pues lo que cuenta es la opción por Cristo frente a todos los demás valores e ideales de la vida.
Ser capaz de reafirmar la fe en Cristo y el Evangelio es una necesidad vital para el cristiano de este tiempo sometido a los nuevos ídolos de la humanidad moderna que atrapan su corazón en el placer, el bienestar, la técnica o el consumismo y que amenazan con oxidar la fe hasta el punto de anularla, dejando de ser un factor determinante en la vida.
¡Todo un desafío, hacer de Cristo y a su Evangelio la opción fundamental de mi vida sobre la cual pilote todos los demás valores de mi existencia!
¡Feliz Domingo!