Función Solemne Nuestra Señora de la Soledad

Hoy a las 20 horas dará comienzo la Función Solemne en honor a Ntra Sra de la Soledad.

Hoy solemnidad de los difuntos, la Eucaristía será ofrecida por todos los hermanos y hermanas fieles difuntos de la Cofradía y especialmente por los hermanos y familiares que nos han dejado este año:

  • Juan Manuel Martínez Cerrillo
  • Luis Fernández

Lectura del santo Evangelio según san Juan (14,1-6)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.» Tomás le dice: «Señor, no sabemos adonde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.» 

Palabra del Señor

Me he encontrado con la muerte. Si abrís bien los ojos, también vosotros os encontraréis con ella cada día; está ahí, en el corazón mismo de vuestra vida. Hoy somos mas viejos que ayer; una decepción os atenaza las carnes; vuestros hijos sueñan con un mundo que ya no será el vuestro… La muerte se llama guerra, DANA, soledad, enfermedad, inmigrantes que no llegaron a la orilla, hijos sin padres. Me he encontrado con la muerte. Un velo de luto, como una niebla, envuelve la tierra; mañana, nuestros cementerios dormirán de nuevo bajo los crisantemos marchitos. Me he encontrado con la muerte, pero también me he encontrado con el que muchos decían que estaba muerto. Me encontré con Aquel que estaba vivo y me dijo: «camina detrás de mi, ¡yo conozco bien la muerte y te haré conocer su otra cara, yo soy el Camino, la Verdad y la Vida»¡Me he encontrado con la muerte, la de Jesucristo, y por fin he conocido la vida. He compartido la muerte de los hombres, y al fin he saboreado la esperanza. He aceptado mi propia muerte, y poco a poco he podido domesticarla. He dicho a la muerte con San Francisco: «¡Tú serás mi prometida hermana muerte¡» Pero esa muerte ya no era la muerte ajada de los cementerios; era la muerte vencida, dada la vuelta; era la muerte del jardín de primavera y de la tumba abierta; era la muerte en la que los hombres habían enterrado al Señor, ignorantes de que, al alborear el domingo, ese mismo Señor haría florecer el lirio de los valles sobre nuestras sepulturas y perfumaría nuestras soledades con ramillete de lavanda.Hoy cuando veamos el reflejo de la muerte en la mirada de los hombres, deposita en su corazón aunque sea una gota de sangre que tú has recibido en la mesa de la vida. Entonces la muerte quedará vencida, aunque todavía tenga que seguir pareciendo que todo muere. Creemos por fe que la muerte no es el final de la existencia humana, sino la entrada en una condición de vida nueva y definitiva. Oremos hoy por nuestros difuntos, oremos por los que ya partieron «a las moradas del Padre» y todavía no han sido purificados del todo. Que nuestra oración les sirva de ayuda y consuelo. Pasarán los días, pero vuestro amor y vuestros gestos hacen que se mantengan vivos nuestros recuerdos. ¡

No os hemos olvidado hermanos difuntos!

3° Día Triduo Nuestra Señora de la Soledad

Hoy a las 20.30 horas dará comienzo el tercer y último día de Triduo a Ntra Sra de la Soledad.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5,1-12)

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»    

Palabra del Señor

Hoy es el día de Todos los Santos. La fiesta de los que ya llegaron:»Una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar». Los santos brillan hoy allá arriba, pero todo empezó aquí abajo, cuando nadie todavía podía imaginar que habían escogido la mejor parte; cuando pasaban desapercibidos o, peor aún, parecía que llevaban las de perder; cuando tomaron el camino difícil, desconcertante de las Bienaventuranzas. Prefirieron  la luz a la oscuridad, eligieron lo bello a lo feo, escogieron lo bueno a lo malo y prefirieron la vida a  la muerte. Vivieron un holowins eterno a un Halloween comercial y fiestero.

Hoy también es el día de todos nosotros, llamados a ser santos, hoy es el día de dar gracias a Dios porque no dejan de apuntar por todas partes brotes de una nueva manera de vivir, al estilo de aquella que Jesús nos presentó como camino hacia el Padre. Gente honrada, amigos de verdad, fieles a la palabra dada, sin odio en el corazón, generosos, compasivos… que buscan la verdad, la bondad y la belleza a la mentira, la maldad y la fealdad.

¡No está del todo este mundo perdido! No en vano lleva ya Dios mucho tiempo trabajando, silenciosamente, el corazón de cada hombre, de todos los hombres, como levadura en la masa y hará crecer esa semilla. Dios hará que ese fermento acabe transformando toda la masa. Y un día el mundo entero, redimido, sonreirá feliz como un inmenso campo llenos de flores abiertas

¡Feliz día de Todos los Santos!