Comienzo de un nuevo curso escolar

Hoy es un gran día para la gran familia de Jesús Nazareno, ya que tras el descanso del período estival ha dado comienzo un nuevo curso cargado de ilusiones y nuevos retos en el colegio de Jesús Nazareno.

Queremos desearle a toda la comunidad educativa de Jesús Nazareno que tenga un buen inicio de curso. Los encomendamos a María Santísima Nazarena y al Beato Padre Cristóbal de Santa Catalina para que intercedan ante Jesús Nazareno, para que los guíe y los proteja en su importante labor de formar a las generaciones futuras.

A todos nuestros hermanos más pequeños que han comenzado un nuevo curso escolar y a sus familias, queremos transmitirles nuestros mejores deseos y ánimos y le pedimos a Nuestros Sagrados Titulares que durante este curso podamos alcanzar la ansiada normalidad y que disfruten de su educación plenamente.

A todos los tendremos muy presentes en nuestras oraciones.

Evangelio 24° Domingo del Tiempo Ordinario

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (15,1-32)

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola:
«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice:
“¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
O ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice:
“Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”.
Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».
También les dijo:
«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:
“Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”.
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo:
«Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”.
Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
Su hijo le dijo:
“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.
Pero el padre dijo a sus criados:
“Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”.
Y empezaron a celebrar el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Este le contestó:
“Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”.
Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Entonces él respondió a su padre:
“Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”.
El padre le dijo:
“Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».

Palabra del Señor

Hoy, desde el mundo de la zancadilla del rencor, del ojo por ojo y de la guerra entre los hermanos, Jesús viene a tomarnos de la mano y nos asoma al paisaje inesperado, increíble, del corazón de Dios. Este capítulo de Lucas es un Evangelio dentro del Evangelio: es el núcleo central de la Buena Noticia, la novedad sorprendente de que Dios, visto por dentro -es el Hijo quien lo cuenta- es amor, gratuito amor misericordioso.
Pero hay una sombra en este paisaje. Junto a la larga comprensión del Padre, su preocupación por el hijo que se le perdió, el abrazo generoso de la vuelta, la fiesta y el derroche, hay un acorde que disuena: la reacción del hijo mayor, del bueno, del que no ha roto un plato en su vida. Se produce un choque, un contraste que hiere la vista entre los dos corazones contrapuestos: el ancho y acogedor del padre, y el tacaño y miope del hijo que se creía bueno.
Y uno entonces no sabe qué quería Jesús subrayar más: si el amor ilimitado de Dios que nos llama, y nos busca, y nos hace descubrir la esperanza a cuántos vivimos lejos… o ese peligro que se esconde en el corazón de todo el que vive, o cree que vive, en la casa del Padre. Como el hijo mayor de la parábola: acostumbrado a que lo amen, ha llegado a pensar que es un derecho suyo lo que es pura bondad del Padre, ha olvidado alimentar el amor hasta que se le ha muerto. Por eso cuando vuelve el hermano, no le puede abrir el corazón porque ya no lo tiene: se le ha convertido en piedra.
En medio de esta alegría de encontrarnos con el corazón de Dios lleno de amor, no dudemos nunca de correr hacia los brazos del Padre Dios, pero antes mira la anchura de tu propio corazón, no sea que estés siendo ancho cuando se dirige a mendigar el perdón del Señor, y se torne, en cambio, estrecho y exigente cuando se trata de acoger a un pobre hermano que vuelve.
Habrá que hacer algo. Y pronto. Porque dentro, en casa, la fiesta del perdón está súper animada. ¡Y no es cosa de quedarse a la puerta!


¡Feliz Domingo!

Rosario Vespertino a María Santísima Nazarena

Hoy a las 21:00 h desde la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno tendrá lugar el Solemne Rosario Vespertino presidido por la Sagrada Imagen de María Stma. Nazarena.

El rezo del piadoso Rosario discurrirá por la calles: Plaza del Padre Cristobal, Jesús Nazareno, San Agustín, Pozanco, Custodio, Plazuela de D. Arias, Cristo, Jesús del Calvario, Plaza de San Lorenzo, interior PARROQUIA DE SAN LORENZO, Plaza de San Lorenzo, Roelas, Plaza de San Rafael, Plaza de Juan Bernier, Buen Suceso, Jesús Nazareno, Plaza del Padre Cristobal y entrada en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno.

Desde las 19:00 h estará abierta la puerta de la Iglesia Hospital para que todos los hermanos y devotos que lo deseen, puedan visitar a nuestros Sagrados Titulares antes del inicio del Santo Rosario.

Solemnes Cultos en Honor a María Santísima Nazarena

Los Cofrades de Jesús Nazareno damos inicio a un nuevo curso cofrade después del período estival y que mejor manera de iniciarlo que en el mes dedicado a María Santísima Nazarena. Cumpliendo con lo preceptuado en nuestros Estatutos Cofrades, damos comienzo a los actos cultuales de celebración de los Dolores Gloriosos de Nuestra Señora:

El sábado día 10 de septiembre a las 21:00 h. tendrá lugar el rezo del Santo Rosario presidido por Nuestra Titular María Santísima Nazarena por las calles del barrio.

El rezo del piadoso Rosario discurrirá por la calles: Plaza del Padre Cristobal, Jesús Nazareno, San Agustín, Pozanco, Custodio, Plazuela de D. Arias, Cristo, Jesús del Calvario, Plaza de San Lorenzo, interior PARROQUIA DE SAN LORENZO, Plaza de San Lorenzo, Roelas, Plaza de San Rafael, Plaza de Juan Bernier, Buen Suceso, Jesús Nazareno, Plaza del Padre Cristobal y entrada en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno.

Desde las 19:00 h estará abierta la puerta de la Iglesia Hospital para que todos los hermanos y devotos que lo deseen, puedan visitar a nuestros Sagrados Titulares antes del inicio.

El domingo día 11 de septiembre en horario de 10:00 h a 14:00 h y de 17:30 h a 20:30 h celebraremos Solemne Veneración Pública a María Santísima Nazarena en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno. La jornada se clausurará con el rezo de Vísperas junto a las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno.

El miércoles 14 de septiembre, dará comienzo el Solemne Triduo que se desarrollará durante los días 14, 15 y 16 en honor a María Santísima Nazarena en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno. Se iniciará a las 20:30 h. con el rezo del ejercicio del Triduo y posterior celebración de la Santa Misa que presidirá el Rvdo. P. D. José Luis Moreno Modelo, Vicario Parroquial de San Andrés Apóstol y hermano de la Cofradía.

Para finalizar los actos en Honor a Nuestra Sagrada Titular, el sábado 17 de septiembre a las 21:00 h., tendrá lugar la Función Principal en Honor a María Santísima Nazarena que estará presidida por el Rvdo. P. D. Juan José Romero Coleto, Párroco de Nuestra Señora de Belén de Córdoba y hermano de la Cofradía.

Todos los actos que se celebren en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno serán retransmitidos a través del Canal de YouTube de la Cofradía, no olviden suscribirse para recibir todas las novedades.

Evangelio 23° Domingo del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,25-33)

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: «Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, sí quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: «Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar.» ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.»

Palabra del Señor

Jesús se dirige a Jerusalén. No es hora de vacilaciones. La llamada de Jesús es abrupta, pide a los hombres que arriesguen la vida por Él con la prioridad más radical.
“Seguir” a Jesús requiere, por un lado, pensar bien antes de emprender la construcción de la torre, pero sin olvidar que, “si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los constructores”. Y, por el otro, “Seguir” es, lanzarse, arriesgarse pues Dios no exige solamente un comportamiento exterior, sino del corazón del hombre. No quiere solamente buenos frutos, si no también un buen árbol.
Jesús nos invita a vivir así el don de la libertad, a liberarnos de todas las ataduras que nos esclavizan.
Seguir a Jesús es dejar la casa donde vivimos. Quizá no en el sentido físico o geográfico sino en el sentido afectivo. Dejar ese lugar mental donde nos sentimos seguros, donde ya tenemos respuestas para todo. Seguir a Jesús es salir a la intemperie, dejarnos afectar por lo que piensan, sienten y sufren nuestros hermanos, los hombres y mujeres de este mundo.
En definitiva, Jesús nos muestra el camino y nos enseña que sólo dejándolo todo podremos encontrarnos con la verdadera vida y la auténtica felicidad: Dios.

¡Feliz Domingo!