Lectura del santo Evangelio según san Marcos 7, 31-37
En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano.
Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.
Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:
«Effetá» (esto es, «ábrete»).
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.
Y en el colmo del asombro decían:
«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».
Palabra del Señor.
En este domingo 23 del tiempo ordinario, el evangelio nos relata el poder del señor ante la enfermedad, pero hoy también celebramos una de las más entrañables fiestas de la virgen María.
Hoy es la fiesta de la Natividad de la Virgen Maria, hoy son muchos los pueblos que veneran a la Virgen bajo multitud de advocaciones. El nacimiento de María es, usando una imagen que utiliza la liturgia, la Aurora que anuncia el nacimiento del Sol de justicia, Cristo el Señor. En efecto, en el seno de esta niña que nace acampará el Verbo de Dios hecho carne.
Agradezcamos al Señor de la vida y de la historia sus designios de amor y su fidelidad a su proyecto de salvación que sigue avanzando misteriosamente de generación en generación entre infidelidades y miseria, pero también gracias al sí de Maria, a su fidelidad y entrega al proyecto De Dios nacerá el Hombre Nuevo, la clave que permite entender la historia de la salvación.
¡Viva la Virgen de la Fuensanta patrona de Córdoba y patrona de las Cofradias!
¡Feliz Domingo!