La Junta de Gobierno sigue trabajando intensamente para dar forma a todos los actos que la Cofradía va a organizar en la próxima Cuaresma 2022.
El primero de estos actos que tradicionalmente ha servido como antesala y anuncio de la Cuaresma Nazarena, es la Exaltación y Presentación del Cartel anunciador de la Cuaresma. Este año 2022 tendrá lugar D.m. el próximo día 27 de febrero a las 13:00 h. en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno.
La Junta de Gobierno de la Cofradía ha decidido que la persona encargada de exaltar a nuestros Sagrados Titulares sea nuestro Hermano D. Jesús Daniel Carmona Gutiérrez, auxiliar del equipo de Capataces de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Daniel Jesús Carmona Gutiérrez nace el 19 de Agosto del año 1976 en la localidad de Puente Genil. Cursa sus estudios en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos Mateo Inurria de Córdoba en la especialidad de restauración, obtiene la FPO de Administración Comercial, Creación y Gestión de empresas así como la titulación de Comunity Management por la UNED. Actualmente ejerce como CEO de Costales Er tío der saco y Comunity Manager.
Desde niño ya denotaba especial predilección por todo lo relacionado con la Semana Santa, y solía acompañar en las filas de nazarenos durante su discurrir penitencial a imágenes como “La Amargura”, “El Preso” o “El Terrible”. Su inquietud por el mundo cofrade motiva que en 1991 entre a formar parte de la cuadrilla de hermanos costaleros del Señor de los Afligidos, donde finalmente asienta y afianza su fe, siempre bajo la atenta mirada del Señor de sus amores. Es bajo este paso donde Daniel “echa los dientes” y tiene su primer contacto con el mundo del costal y la trabajadera, realizando su primera Estación de Penitencia. Desde entonces hasta la actualidad han sido numerosas las cuadrillas donde ha desarrollado el oficio del costal, tanto en su ciudad natal, Córdoba capital y múltiples lugares de la geografía andaluza, y que ha compaginado a lo largo de los años con su labor al frente del paso del Señor de los Afligidos (1994-2016) o de Nuestro Padre Jesús de las Penas (2001-2010) también de la localidad de Puente Genil entre otros, o actualmente formando parte del equipo de capataces de Nuestro Padre Jesús Nazareno desde el año 2019.
En el año 2002 pronuncia el V Pregón del Costalero en el Ex-Convento de Ntra. Sra. de la Victoria de Puente y en 2007 el Pregón de la Semana Santa de Puente Genil en Madrid. En el último Salón Cofrade de Córdoba expuso la Conferencia “La Purísima Concepción: Dogma, Iconografía e historia de 361 años de devoción en Puente Genil”. Ha participado en numerosas mesas redondas de capataces y costaleros y en 2014 ofrece la charla “Origen, Historia y herramientas del costalero” en la Casa Hdad. de Ntro. P. Jesús Nazareno de la localidad cordobesa de Santaella.
En 2015 exalta el Sábado de Pasión de la Agrupación Parroquial de Ntro. P. Jesús del Amor en su Prendimiento y María Stma. de la Concepción. Será este mismo año cuando pronuncié el pregón de la Hdad. del Rocío de Cabra, en 2018 pregona la gloria de Ntra. Sra. del Rocío y realiza la obra que anunciará la Navidad en su hermandad de Écija.
Como buen andaluz y persona de costumbres arraigadas, fue componente del Coro de la Hdad. del Rocío de Puente Genil, ha acompañado a cuadros flamencos y participado en Romerías por la geografía andaluza. Su devoción a la imagen mariana del Rocío, propicia que Daniel acompañe en su peregrinar al Simpecado de la Hdad. de Puente Genil hasta tierras almonteñas como tamborilero durante diez años. Actualmente acompaña al Simpecado de su Hdad. de Écija y desde 1991 no ha faltado un Lunes de Pentecostés ante la Stma. Virgen.
Aún con los ojos rojos de la emoción por las sentidas palabras que Rafael Fernández pronunciara en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno el pasado día 28 de febrero, con motivo de la Exaltación y presentación del Cartel de Cuaresma de la Cofradía, queremos compartir con todos vosotros el texto integro de su brillante intervención
Así es. Lo más bonito de Córdoba, gritaban los reyes de esta Casa, a Jesús Nazareno, el día que se celebraba en Córdoba, la beatificación del creador de esta misión hospitalaria: El Padre Cristóbal. Y he querido comenzar esta exaltación a ti, Padre Jesús, con un sonido del archivo de Paso a Paso, con la voz de tu querida y entrañable familia. Porque exaltarte a ti, Jesús Nazareno, es exaltar también a los que viven y han vivido durante generaciones, en esta, tú Casa-Hospital. Exaltar, por todo el respeto que merecen, a nuestros queridos y benditos mayores. Es de justicia que yo intente recoger hoy, en unas cuantas líneas, todos esos besos y abrazos que una inesperada y cruel pandemia, les ha robado para siempre, a los que han demostrado ser auténticos héroes del silencio.
Quiero alabar hoy, a los que se han arrugado un poquito más, por el miedo a lo incierto. Vitorear con fuerza, a los que han luchado como verdaderos gladiadores, contra un enemigo invisible, que los iba arrinconando poco a poco, entre las cuatro paredes de su dormitorio. Estamos todos obligados hoy, hermanos del Nazareno, a exaltar a los que han soñado noche y día, con ese achuchón inocente de un nieto, mientras gran parte de nosotros, ajenos a este drama, solo hemos pensado en lo incómodo que resulta, el simple roce de una mascarilla.
Toca si o si, honrar a quienes han convertido su cuarto en capilla, y que buscando consuelo, han acariciado una a una, las cuentas de su viejo rosario. Entre rezo y rezo… anhelando su regalo más preciado… la tierna y dulce caricia de un ser querido. Debemos todos alzar la voz hoy, en defensa de los que han sido víctimas, de la manifiesta incompetencia de nuestros gobernantes. Y nos toca aplaudir, con toda la fuerza que nos dé nuestro corazón, a los que lo han dado todo por ellos, cuando nosotros no podíamos, ni siquiera, acariciarles su mano fría y temblorosa.
Debemos ponernos de pie, ante aquellos que han convertido su traje de protección Epi, en un verdadero hábito hospitalario. Les damos las gracias hoy, a las que han sido mujeres Verónica, enjugándoles a ellos el sudor frío, provocado por una fiebre amenazadora. Ellas, Jesús Nazareno, son las que han curado, durante todos estos meses, esa corona punzante que ha hecho sangrar de nuevo tus heridas, con un dolor para ti, mayor sí cabe.
Debemos todos exaltar hoy a nuestros mayores, porque siguen dispuestos a sonreír, a pesar de que sus dolores se empeñen en lo contrario. Debemos piropear hoy, a los que hasta para caerse tienen arte. A los que saben llevar las arrugas con una dignidad envidiable. A los que tienen ya la voz ronca, de haberle dicho a su hijo, una y otra vez, cuanto lo quieren. Exaltemos a los que gruñen, porque tienen todo el derecho del mundo a hacerlo. Y también hoy debemos denunciar que hay abuelos víctimas, de otro virus mucho más mortal que el coronarivus… el del olvido incomprensible de una hija o la indiferencia de un hermano. Ese virus, mata muy lentamente y por desgracia, no existe vacuna que lo remedie.
A todos nuestros mayores, con tu permiso Padre Jesús Nazareno, he querido dedicarle mi primer sentimiento un día como hoy y mostrarles ante ti, mi respeto y admiración. A todos los que han sufrido en esta casa, su particular Camino del Calvario, al otro lado de este bendito muro. A los que han sido también flagelados por un maldito virus, que los ha golpeado sin piedad. Pero… tú siempre has estado muy cerca de ellos. Has sido ese confesor, que se ha sentado al borde de sus camas enfermas y ha sabido calmar su inquietud en una noche oscura, cuando buscaban refugio entre sus sábanas. Has sido su psicólogo, dándole a cada uno la terapia precisa, como remedio a un alma perturbada. Y has sido ese médico de familia, que cada noche les ha recetado esa pastilla, con la que han podido mantener sano su espíritu. Porque, hermanos, y eso lo sabéis vosotros mejor yo, Jesús Nazareno… cura. Ya lo creo que cura. Mientras curabas a nuestros abuelos, tus dedos ensangrentados, iban secando las lágrimas que escapaban de sus ojos asustados. Y has sido tú, el que ha velado las veinticuatro horas del día, para que ese bicho traicionero, no los dejara sin aire. Tú has sido para ellos, Jesús Nazareno, sin duda, su auténtico oxígeno… aunque por desgracia, algunos dejaran de respirar…
Todos hicieron en esta casa hospitalaria, que nuestra querida Lola, fuese muy, muy feliz. Y así sigue. Porque ella en su último sueño, se quedó sin respiración cuando le anunciaba el mismísimo Padre Cristóbal, que sería ella la encargada de regar para siempre, uno a uno, los girasoles que tiene nuestro querido Beato de Mérida, en su jardín del paraíso. Por eso estamos convencidos, hermanos del Nazareno, que ella… sigue siendo feliz.
Sirva la voz de nuestra querida Lola, como recuerdo a esos ángeles arrugados, que desde alguna cama de esta casa, volvieron a convertirse en niños, para jugar eternamente contigo… ya Resucitado. A ellos siempre los recordaremos. Y un Jueves Santo no muy lejano, los volveremos a ver, como angelitos de marfil, queriéndonos saludar desde el frontal de tu palio… Nazarena. Fíjaos en sus caritas. Son ellos. Angelitos, ya sin arrugas. A ellos, mientras alguien les recuerde… siempre permanecerán vivos.
Hermano Mayor y Junta de Gobierno de esta querida Hermandad de Jesús Nazareno. Hermana Mari Carmen, como responsable de la Comunidad de Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno en la Casa Madre, hermanos y hermanas de esta cofradía hospitalaria… cofrades, amigos…
Quiero agradecer a esta Junta de Gobierno Nazarena, el haberme invitado a presentar un precioso cartel que aún está por descubrir de un auténtico servidor del Nazareno como Manuel Velasco y poder exaltarte a ti, Padre Jesús, en un momento como este, tan especial como dramático. Muchas veces en la vida, ocurren cosas a las que no le encontramos explicación y que llegan como un regalo inesperado. Y este es uno de ellos. Cuando recibí la llamada de José Antonio y mi cerebro ni siquiera se había puesto a pensar que si sí o que si no, ya me había comprometido. Era evidente, que mi corazón se había anticipado a la respuesta. Porque sentimentalmente me siento muy unido a ti, Jesús Nazareno y a ti no puedo decirte que no. Porque sé que tú, a través del personal hospitalario de esta bendita casa, te has preocupado de cuidar a mi madre, cuando yo no podía hacerlo. Porque un uno de noviembre, cuando la ingresaron por Covid, yo sé que tú estabas allí, cerca de ella, siendo el aguaor que hidrató su garganta reseca. Cuando sus pulmones flaquearon, yo sé que tú le diste aliento. La cogiste de la mano. Que fuiste su mejor auxiliar. Incluso el médico que me llamaba cada día, dándome el informe de su estado, sé que hablaba en tu nombre. Lo sé. Y sé también que una de esas espinas de tu corona de dolores por nuestros mayores, una es por ella. También lo sé. Ese dolor que a ella estuvo a punto de vencerla, tú decidiste hacerlo tuyo. Otro más. Tú has hecho posible, con tu inmensa bondad, que hoy pueda seguir diciéndole a mi madre… cuánto la quiero.
Por todo ello, Jesús Nazareno, hoy tenía que estar aquí, dándote las gracias. Te estaré eternamente agradecido.
Y tenía que estar aquí hoy presentando un cartel, que refleja perfectamente el sufrimiento vivido en esta casa de Jesús, durante los meses que ha durado esta pesadilla. Un cartel, en el que ha conseguido representar Manuel, el silencio de una petición de auxilio o la intimidad de una plegaria, a los pies hospitalarios de Jesús Nazareno. Es otro cartel que va a ser expuesto, en esa sala de exposiciones permanente, en que se han convertido los pasillos de este Hogar Nazareno. Pasillos que son también una Carrera Oficial, en la que la madera de sus bancos, son el mejor palco y gratis, desde donde poder contemplar los momentos de gloria que reflejan, cada uno de esos carteles colgados de sus paredes, rememorando esos benditos Jueves de Sol. Ellos andurrean por esos pasillos como si estuvieran callejeando en Semana Santa. Ver a nuestro querido Antonio Gracia, paseando por esta, su segunda casa con su andador, es recordar ese paso racheao con el que un costalero de faja hospitalaria, carga con la cruz del Nazareno. Y cuando hemos visto a un residente como Manuel, paseando por el salón de esta Casa, trajeado y muy derecho con su bastón, era imaginar a un fiscal de paso elegante escoltándote a ti, Nazarena. Y es que vivir en esta casa, hermanos del Nazareno, es como vivir siempre en Jueves Santo. Los abuelos van de un lado a otro, como si fueran por la estrecha Judería. Ellos se sientan a charlar en uno de sus bancos, como hacen los cofrades en las sillas de la Carrera oficial. Los abuelos critican… como hacemos los cofrades en Semana Santa. Y rezan. Rezar… rezan bastante más que nosotros. Y ríen… y se emocionan e incluso lloran… Lo que les decía. Vivir en esta Casa de Jesús, es vivir la Semana Santa en estado puro.
Ellos, nuestros benditos mayores, son realmente afortunados de tenerte a ti como guardián. Eres para ellos, Caballero, de cada uno de sus silencios. Contigo, todo es más fácil. Ellos tienen a Dios en su Casa. Cuando vienen a visitarte a esta capilla… tu habitación, salen siempre contagiados de tu amor. Salen vacunados contra el desánimo. Cuando te rezan charlando, desde la dureza de estos bancos y ven tu rostro inflamado, entran en pánico pensando, que pudieras haberte contagiado tú también. Te ven ahí, encorvado, con los pies tan juntos, con una pesada cruz sobre tu hombro maltrecho, que temen que acabes dando con tus huesos en el suelo. Pero ellos saben que el no caerte es un milagro. Y lo saben, porque en Mérida nació ese primer costalero, que decidió llevar para siempre sobre una cerviz hospitalaria, la cruz de Jesús Nazareno. Él, nació dispuesto a soportar la cruz de los más pobres. Y esa es tu fortaleza, Señor. El amor hospitalario que te ofrece a diario, otro Padre de nombre Cristóbal. Fortaleza que a través de los siglos, han mantenido a esta Congregación en pie, con tu providencia y con su fe. Dos Padres, Jesús y Cristóbal, hacen más liviana la pesada carga que supone para cada uno de nuestros abuelos ya cansados, caer enfermo. Porque el sufrimiento de cada uno de ellos, lo haces tuyo, Señor. Y a ti sus dolores no te pesan. Portas a diario la cruz de sus achaques y tu preciosa cruz, es para ellos ese espejo, donde ven reflejados cada día sus dudas y sus miedos. Salen nuestros abuelos, de este, tú dormitorio sagrado, con esa felicidad única que da el estar enamorado de Jesús. Salen ellos, con sus bastones, andadores o sillas de ruedas, anestesiados en sus dolores, incluso hasta con la piel más tersa y suave. Y es que contemplarte a ti, Jesús Nazareno… rejuvenece.
Vuelven a pasear por el laberinto de pasillos de esta casa, con ganas… hasta de cantar como hace Maruja a la entrada del comedor o deseosos de que la abracen como a una niña, como hace Merceditas. Y todo eso ocurre, hermanos, simplemente traspasando esa pequeña puertecita Nazarena.
Y hablando de puertas… ahora quiero fijar mi atención en ese portón. Y al mirarlo, no puedo evitar acordarme de una voz…
Es una voz para el recuerdo de esta cofradía del Nazareno: la de Andrés Valverde. El, con el pico y la pala de su empeño y constancia, consiguió abrir esa puerta y otras muchas más. Su tenacidad con innumerables visitas, llegó incluso a aburrir al Ayuntamiento, que no tuvo más remedio que dar el permiso para colocar al Padre Cristóbal, donde tenía que estar. En un monumento presidiendo su plaza. Trabajó sin descanso, hasta ver a sus Titulares sobre costal de hermanos hospitalarios. Ha sido Andrés, ese capataz que ha guiado a esta cofradía, durante gran parte de su historia reciente. Se nos fue una persona muy querida para esta Casa Hospitalaria. Se fue “el niño” para madre Teresa. El de las charlas interminables como madre Asunción. En definitiva, se marchó un enamorado ejemplar del Nazareno, que el destino quiso que acabase sus días en esta, su casa. A buen seguro, el bueno de Andrés, estará hoy tallando o restaurando en ese taller que le haya instalado Dios, en la calle que lleva el nombre de Jesús Nazareno, allá arriba. En la Gloria.
Y hablando de Gloria, esa que disfrutáis los hermanos del Nazareno al abrirse esa puerta a las primeras horas del primer día del triduo sacro, esa Gloria, hermanos, este año… tampoco va a poder ser. Haréis penitencia en el templo. En vuestro riguroso silencio, no sonará esa música sublime que interpreta la palma de una mano del Diputado Mayor, golpeando tres veces esa bendita puerta. Su apertura permitiría de nuevo al sol, entrar un año más, en esta su Capilla. Tampoco volverá a arder la cera amarillo tiniebla, de cada uno de sus nazarenos de negro hospitalario, porque no habrá celador que pueda con su pabilo encenderla. Ni estará Juanito, el Cerrillo chico, con su canastilla o naveta, cual angelote de Jesús Nazareno, para darle al incienso la oportunidad de volver a ratificar, un año más, su amor eterno por el carbón. Solo habrá, como la Semana Santa pasada, recuerdos de crespones negros colgados de demasiados balcones, ondeando al viento en San Agustín o San Andrés. Volverá este año el silencio a cantar esa saeta, que sonará como un auténtico quejío en vuestro corazón Nazareno. Será este año de nuevo, para todos, la penitencia más dura. La terrible penitencia de lo ausente. Penitencia que supera con creces, sin duda, la de ir descalzo por calles mal asfaltadas o arrastrar el peso de unas cadenas. En el corazón de cada hermano del Nazareno, habrá de nuevo un vacío… como ese vacío que deja Jesús Nazareno cada Jueves Santo, en un Sagrario muerto… abierto de par en par.
Pero el virus, hermanos, nos podrá atemorizar, quitarnos la libertad, incluso matarnos, pero jamás podrá robarnos la ilusión de poder soñar. Eso nunca…
Soñemos con volver a vivir un Jueves Santo de manga corta y gafas de sol. De ver a niños felices, mostrando su sonrisa, libre de mascarilla, jugueteando con su querida amiga la bola de cera. De ver desfilar a pequeños acólitos del colegio Jesús Nazareno, bien repeinados, más limpios que un jaspe y con su sonrisa siempre puesta. Quiero ver a gente que anda con prisa, para poder cumplir con lo que marca su librito de itinerarios. Queremos volver a ver mochilas repletas de ilusión y bocadillos. De ver a costaleros que se besuquean y abrazan antes de colocarse bajo las trabajaderas de sus Titulares Nazarenos. De escuchar saetas con más voluntad que acierto. De que nos duelan los pies de tantos pisotones. De ver las calles repletas de cascaras de pipas, por mucho que nos moleste y nos duela. Queremos volver a sentir como caen pétalos sobre nuestras cabezas, al rebosar de tu palio, después de una levantá al tirón. Quiero volver a ver, aunque no llegue a entenderlo, a capillitas que se santiguan cuando pasa delante de ellos, una Agrupación Musical de campanillas. Quiero que mis oídos lleguen a irritarse de escuchar tantos vivas y piropos. De escuchar aplausos en levantás mediocres. Quiero volver a ver una bulla a la puerta de un templo como este, mandando a paseo la dichosa distancia social. Quiero volver a ver a nazarenos elegantes que salen de su casa, orgullosos de llevar de la mano, a su cofrade más pequeño. Sé qué queréis volver a ver al de la radio como microferario delante de vuestra Nazarena, escuchando como le cuenta a la audiencia… que un dolor, no se puede tallar más bello. Quiero que mi corazón vuelva a tocar en silencio la marcha real, cuando pueda volver a rezarle a Jesús Nazareno en su plaza. Quiero volver a ver como se asoman las gitanillas de los balcones, ofreciéndose voluntarias a exornar tu palio, Nazarena. Sé qué queréis que vuestras manos dejen de estar pegajosas por el gel y vuelvan a estar pringosas por una torrija empalagosa. Queremos que el incienso vuelva a purificarnos por dentro. Queremos, necesitamos volver a ser felices en una Semana Santa repleta de sol. Sé que tú quieres lo mismo. Y que tú. Que todos queremos lo mismo, pero… para eso toca esperar…
Pero mientras ese momento llega, hermanos del Nazareno, cierra los ojos y sueña…
Sueña con los que están en primera fila, en la puerta de esta Residencia el día más esperado. Sueña con calor, poniendo coloradas esas caritas ilusionadas de nuestros abuelos, cuando se sitúan en un palco de honor, para volver a encontrarse en plena calle, con su Jesús Nazareno. Porque… aunque tú vayas cargado con la cruz de los que ya no tienen memoria, ellos de ti nunca se olvidan. Y te seguirán hablando de tú, porque eres parte de su familia: “Yo quejándome de mi cintura y llevas tu corona de espinas…”-te dice una abuela desde su silla de ruedas. Caminas en nuestra imaginación sobre tu trono de rocalla y plata, con tus severos hachones temblando a cada levantá por el parkinson. Y cruje la madera de tu canasto a cada suave mecida, como si también tuviera artrosis. “Si me respondieran las piernas, no me soltaría de tu manigueta…” -dice un abuelo vestido con su traje de gala. “Padre mío, ayer me enfadé contigo, pero ya se me ha pasado…” –te dice una abuela, lanzando un puñados de besos al aire. A Jesús Nazareno se le ve algo torpe al andar, pero poco para ser un abuelo con 2000 años a cuestas. Tras El, en este hermoso sueño Nazareno, pasa un palio de negro respeto. El palio del respeto inmenso… por nuestros queridos y benditos mayores.
Un cortejo de nazarenos de luto riguroso, del que destaca un hábito morado recuerdo de tu pasado, sigue soñando hacia la Catedral. La Catedral… ese Gólgota, donde acaban en Córdoba todos los Vía Crucis penitenciales. Allí, cuando se abra la Puerta de las Palmas, en un calvario de piedra y mármol, acabará tu penitencia, Nazareno. Darás tus últimos pasos, entre hileras de columnas, que traen a tu memoria, una a una, el cruel y brutal azote. Entre párpados inflamados, a tus ojos aún le quedan fuerzas para atisbar de reojo a tu libertador: al Santísimo. Te quedan pocos pasos que dar sobre una alfombra de mármol. La Mezquita-Catedral permite a sus columnas que se hagan varales, para soportar el peso de una techumbre, que se transforma para ti en palio de respeto. Aparecen los arcos de herradura y medio punto que te escoltan, salpicados de rojo de la poca sangre que te va quedando. Plata bajo tus pies, y oro en el mihrab compitiendo con el brillo dorado de tu cruz. Verte en tu canasto en la Capilla de Villaviciosa, es como si la sillería de la Catedral te hubiera prestado su caoba para ser tu trono. La estación de penitencia de tu calvario va tocando a su fin. Los últimos metros de la Calle de tu Amargura…
Se detienen tus cuatro zancos ante el Altísimo y le entregas a Dios tu cruz como si imaginásemos un ceremonial teatral origen de nuestra Semana Santa. Dios se hace orfebre, para que quede grabado para siempre en el Inri de tu cruz… Jesús Nazareno, Rey de sus Mayores.
La luz se vuelve cegadora. Tus cuatro hachones amarillo tiniebla encendidos, se transforman en cera blanca de cirios pascuales. Entraste en la Catedral como un hombre maltratado y humillado y sales hecho Dios mismo… Entraba Jesús Nazareno por el Arco de Bendiciones y sale al Patio de los Naranjos, Jesús… ya resucitado.
En este sueño, hermanos del Nazareno, es la hora de iniciar la vuelta a casa una vez cumplido el objetivo penitencial. En lo alto de la torre de la Catedral la luna se hace protagonista y, tú, Madre, con tu belleza intacta a pesar del inmenso dolor, vuelves a casa, con la cera de tu candelería, ya bastante vieja, cansada, gastada… Llegas aquí de nuevo, cargada con todas las lágrimas de cada uno de tus mayores. Entras en esta Capilla en el ocaso del Jueves Santo, siendo la Reina del Dolor. La cera de tu Palio, va a seguir encendida toda la madrugada, porque cada uno de esos cirios encendidos, son los ruegos, peticiones e incluso temores de tus hijos más mayores. Cuando se depositan los cuatro zancos de tu palio, en esta pequeña Catedral hospitalaria, todo llega a su fin. A Jesús Nazareno, una vez cerrado ese portón, aún le queda tiempo para entrar en cada habitación de esta casa y dar un último beso de buenas noches. Porque hay alguien que te espera, charlando con sus retratos en blanco y negro de su mesilla de noche… Ella conversa con su familia enmarcada en vieja plata gastada. Y ella sigue anhelando un nuevo día con esa llamada de teléfono esperada o esa visita que nunca llega. Pero antes de que quede dormida en medio de su tertulia con sus queridos retratos, llegas tú, Padre… porque tú siempre llegas:
– Gracias, Señor por venir. Estaba impaciente. Ya puedo dormir tranquila. ¿Me dejas que te quite esa espina? -dice la abuela.
– Deja, deja. A mi esas espinas no me duelen. –dice el Señor.
– Que manos más frías tienes, Señor. Déjame que te las caliente…
– Duerme. Duerme y no olvides soñar con ser feliz.
Queda dormida la abuela, con una sonrisa de labios gastados. La misma sonrisa interior que duerme cada noche, en cada una de las camas de esta Casa de Jesús Nazareno. Cierto es, que en los comienzos de la rica historia de vuestra cofradía, por la devoción de la nobleza cordobesa, a ti Jesús Nazareno, te nombró la historia, Señor de los Señores y con justicia. No seré yo quien lo ponga en duda. Pero… no debe haber nada nada más Real, ni más Ilustre para esta cofradía del Nazareno que sus benditos mayores. Por eso hoy, en este antiguo hospital de San Bartolomé, cuando se cumplen 50 de la reorganización de esta cofradía, este humilde pregonero, ha querido exaltar un día como el de hoy, día de Andalucía, a Jesús Nazareno, como… Padre y Señor… de nuestros mayores.
Pregón pronunciado por Rafael Fernández Criado en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno el 28 de febrero de 2021.
En la mañana de hoy ha tenido lugar la presentación del Cartel de Cuaresma de la Cofradía para este año.
Brillante y emotiva la exaltación realizada por Rafael Fernández, que en primera persona ha recordado multitud de momentos y experiencias vividas en la Casa de Jesús Nazareno.
Finalmente, junto al Hermano Mayor de la Cofradía, han descubierto el Cartel de Cuaresma de la Cofradía para este año 2021, y en el que Manuel Velasco, basándose en una imagen de Jesús Nazareno, ha reflejado magistralmente la figura del Beato Padre Cristóbal de Santa Catalina, las Hermanas Hospitalarias y la Casa Madre.
Queremos desde estas líneas felicitar y agradecer a Rafael Fernández y a Manuel Velasco por el compromiso que han tenido con nuestra Cofradía y por ofrecernos un gran acto que será difícil de olvidar.
Mañana a las 13:00 h. en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno tendrá lugar la presentación del Cartel que ha elaborado para este año tan particular D. Manuel Velasco basado en un montaje fotográfico cargado de simbolismo con la imagen de Jesús Nazareno como protagonista.
Tras la exaltación de Cuaresma que realizará Rafael Fernández y que se podrá seguir en directo a través del Canal de Youtube de la Cofradía, se mostrará a todos los presentes el diseño de la obra, que se podrá adquirir a la finalización del acto a cambio de un donativo de 1€.
En esta ocasión, la Junta de Gobierno de la Cofradía ha decido que tenga un carácter benéfico, ya que todos los beneficios se destinarán a la bolsa de Caridad de la Cofradía. De esta forma se quiere continuar con la labor asistencial y de ayuda a los más necesitados en estos momentos tan complicados.
En breve se informará de los lugares donde se podrán obtener los mismos para colaborar con la Vocalía de Caridad de la Cofradía.
Recordamos a todas las personas que deseen acudir al acto, que el aforo estará limitado a las dimensiones de la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno y que se han de respetar todas las medidas de distanciamiento social e higiene impuestas por las Autoridades Sanitarias. Se recuerda la obligatoriedad del uso de la mascarilla y se tomará la temperatura a todas las personas que accedan al interior del templo.
La Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima Nazarena, San Bartolomé y Beato Padre Cristóbal de Santa Catalina convoca a todos los hermanos y devotos a los Actos Culturales y Solemnes Cultos Cuaresmales en Honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno que se celebrarán en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno.
Debido a la situación de Alerta Sanitaria, todos los Actos quedan sometidos a las medidas que se encuentren vigentes en el momento de la celebración sobre uso de mascarillas, distanciamiento social y control de aforo.
Para facilitar a todos los hermanos que puedan participar de todos los actos, se retransmitirán en directo a través del Canal de YouTube de la Cofradía:
Como acto que inicia esta atípica Cuaresma 2021, el próximo domingo día 28 de febrero a las 13:00 horas en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno, tendrá lugar la Exaltación y posterior presentación del Cartel anunciador de la Cuaresma para este año 2021.
Este año el encargado de realizar la presentación será D. Rafael Fernández Criado.
Nace en Córdoba en el año 1965, en plena cuaresma, en el seno de una familia muy vinculada al Rescatado.
Será un Domingo de Ramos, a la edad de once años, cuando viste el hábito nazareno por primera vez acompañando a Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado. No obstante, la cofradía de su juventud fue la Hermandad de la Soledad del barrio donde vivió desde su infancia: Santiago. Su vinculación a esta Hermandad le llevó a ocupar diversos cargos en Junta de Gobierno y a participar como director del Coro de la Hermandad, desde la reapertura del templo de Santiago en 1991.
Rafael es también músico cofrade. Ha cantado saetas en Semana Santa y es cantautor cofrade con composiciones dedicadas a: “Mª Stma. en su Soledad”, “Rescatado”, “Caído”, “Prendimiento” y “Estrella”. Además, es miembro del Coro de Ópera de Córdoba desde 1988, con el que ha participado en diversas actuaciones en cofradías cordobesas.
Ha sido exaltador del 25º aniversario de la Bendición de la Virgen de la Estrella, en el 2011. Ha presentado diversos actos cofrades y a pregoneros. Ha escrito artículos en prensa, boletines de Hermandades y en la revista Córdoba Cofrade.
En el año 2003, escribió su primer libro: “Kofrade”, con una posterior segunda edición: “Vocabulero Cofradiero”. Un libro, este, en el que se cuenta con ironía realidades del mundo cofrade cordobés.
Desde el año 2002, es reportero del programa Paso a Paso, en Canal Sur Radio, donde disfruta del contacto con la gente, buscando sus sentimientos y emociones, y compartiendo los sonidos para el recuerdo de aquellos que ya no están, pero que siguen vivos gracias a la radio.
Desde el año 2004 es el creador, en este espacio radiofónico, de: “La Taberna”, teatro en la radio sobre temas de actualidad cofrade, tratados con la ironía propia de su autor.
El año 2019, pronunció la Exaltación, al padre y maestro de nuestra Semana Santa: San Álvaro de Córdoba y fue elegido pregonero de la semana santa de Córdoba para el pasado 2020, acto que fue suspendido justo en el inicio de esta tremenda pandemia.
Con respecto a la obra fotográfica que ilustrará el cartel, la Cofradía ha querido contar con un profesional de reconocido prestigio y muy vinculado a la Cofradía desde hace muchos años, D. Manuel Velasco Valdivia.
Hermano desde hace muchos años, Manuel ha sido el responsable de inmortalizar los momentos más importantes de la Cofradía durante décadas y autor de una gran parte de los Carteles de Cuaresma de la Cofradía.
Costalero de Nuestro Padre Jesús Nazareno en sus inicios y durante más de 25 años, Capataz del Palio de María Santísima Nazarena, siempre ha estado al servicio de su Cofradía. Gran profesional de la fotografía con una amplia experiencia y formación, desde su estudio, primero en la plaza de la Almagra y posteriormente en la zona del Arenal, ha fotografiado a muchas generaciones de familias en sus celebraciones y eventos más importantes.
En esta ocasión, la Junta le propuso la difícil tarea de hacer un Cartel basado en Jesús Nazareno, pero que reflejase la compleja situación histórica que estamos viviendo, teniendo muy presente a las Hermanas Hospitalarias.
El domingo 28 de febrero veremos el resultado del reto que le hemos propuesto a estos dos grandes profesionales y amigos de la Cofradía y que confiamos cumplirán con creces nuestras expectativas.
Debido a la situación de Alerta Sanitaria, este Actos quedará sometido a las medidas que se encuentren vigentes en el momento de la celebración sobre uso obligatorio de mascarillas, distanciamiento social y control de aforo.
Para facilitar a todos los hermanos que puedan participar de este acto, se retransmitirá en directo a través del Canal de YouTube de la Cofradía:
El pasado día 23 de febrero tuvo lugar la presentación del Cartel de Cuaresma de la Cofradía en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno a las 13:00 horas.
El encargado de iniciar el acto fue D. Antonio Joaquín Santiago Moreno, Secretario de la Cofradía que con una breve presentación del fotógrafo autor del Cartel, Álvaro Córdoba Hinojo y del exaltador, el Rvdo. P. D. Juan José Romero Coleto, dio paso a este último para que comenzase su exaltación.
D. Juan José, una vez ofrecido saludo a todas las autoridades presentes hizo una pequeña presentación de la obra, en la que resaltó la belleza de nuestra Sagrada Titular, María Santísima Nazarena, y la dificultad de expresar con palabras la fantástica instantánea.
A continuación se dispuso a exaltar la figura de María. Con una prosa cautivadora fue desgranando todas las virtudes de la Nazarena, desde el mismo pasaje bíblico de la Anunciación del Arcángel San Gabriel.
Una visión muy personal, desde el corazón, sobrecogió a todos los presentes que atentamente escuchaban su pregón.
A la finalización del mismo, todos los asistentes brindaron una larga y calurosa ovación, que dio paso a la presentación del Cartel escogido para este año por la Junta de Gobierno y que corrió a cargo de D. Juan José Romero y D. Victor Molina, Hermano Mayor de la Cofradía.
La obra en esta ocasión corresponde a una sesión fotográfica que se hizo en pasadas fechas con un peculiar tocado realizado por D. Antonio Muñoz Sánchez, vestidor de la Cofradía, y que está inspirado en antiguas fotografías de María Santísima Nazarena de primeros del siglo XX, cuando aún presidía la antigua enfermería del Convento.
Con resplandor de plata, manto y saya bordada de salida y el corazón traspasado por las siete dagas en el pecho, la composición transporta a épocas pasadas, donde nuestra Sagrada Titular luce con todo su esplendor y belleza.
Tras el rezo de la Salve en Honor a María Santísima Nazarena, comenzó la entrega de cuadros a las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno para la Casa de Betania y para la Casa Madre de Córdoba. Así mismo se hizo entrega a Exaltador y Fotógrafo de una cuadro como muestra de agradecimiento por su colaboración con nuestra Cofradía.
Finalizado el acto se invitó a todos los presentes a un acto de convivencia en el local de la Cofradía.
En la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno ha tenido lugar la presentación del Cartel de la Cofradía para este año. El encargado de la exaltación y posterior presentación del cartel ha sido nuestro Hermano el Rvdo. P. D. Juan José Romero Coleto, que nos ha ofrecido una brillante exposición inspirada en María Santísima Nazarena.
A continuación se ha destapado el Cartel para que todos los asistentes pudieran apreciar el trabajo realizado por D. Álvaro Córdoba Hinojo y que servirá para anunciar la Cuaresma 2020 de nuestra Cofradía.
Como acto que inicia nuestra Cuaresma, el próximo domingo día 23 de febrero a las 13:00 horas en la Iglesia Hospital de Jesús Nazareno, tendrá lugar la Exaltación y posterior presentación del Cartel anunciador de la Cuaresma para este año 2020.
Este año el encargado de realizar la presentación será nuestro hermano el Rvdo. P. D. Juan José Romero Coleto
Nacido el 22 de marzo de 1981 en la localidad de Villanueva de Córdoba, fue ordenado Sacerdote en la S.I.C. de nuestra ciudad el 25 de junio de 2005.
Desde su nombramiento como presbítero, ha ejercido su sacerdocio en las localidades de Córdoba, Santa Cruz, Castro del Rio y Posadas, hasta que en junio de 2013 fue nombrado Vicerrector del Seminario Menor San Pelagio, labor que estuvo desempeñando, hasta el 23 de Junio de 2018, donde fue enviado a cursar Estudios de Doctorado en Teología en Roma.
En la actualidad se encuentra al frente de la Parroquia de Nuestra Señora de Belén en calidad de párroco, desde que el pasado 29 junio de 2019 fue nombrado por Mons. Demetrio Fernández, Obispo de la Diócesis de Córdoba.
Desde su etapa de Vicerrector del Seminario Menor San Pelagio, muchas han sido las oportunidades que hemos tenido en nuestra casa de escuchar su brillante predicación en las festividades más Solemnes de nuestra Cofradía, donde ha demostrado el cariño y devoción a Nuestros Sagrados Titulares. Es una persona muy querida dentro de nuestra corporación así como en la Congregación de Hermanas Hospitalarias.
Con respecto a la obra fotográfica que ilustra el cartel, la Cofradía ha querido contar con la visión de un joven fotógrafo, Álvaro Córdoba Hinojo, para que aporte una nueva perspectiva de Nuestra Sagrada Titular, María Santísima Nazarena.
Nacido en Córdoba el 22 de julio de 1996 en el seno de una familia cofrade, es hermano del Calvario y Villaviciosa, e hijo de un costalero de la primera Cuadrilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Álvaro lleva toda la vida relacionado con la casa de Jesús Nazareno.
Colaborador habitual con multitud de Hermandades y Cofradías, ha sido merecedor de varios premios en diversos concursos fotográficos, y algunas obras suyas han servido para ilustrar los carteles de hermandades cordobesas, como el de la Hermandad del Perdón este mismo año.
En la actualidad administra y gestiona el Blog «Sentir Cofrade» y colabora asiduamente con la Voz de Córdoba.
Para esta ocasión, la imagen de María Santísima Nazarena luce un novedoso tocado inspirado en antiguas fotografías de Nuestra Titular mariana y que ha sido elaborado por nuestro hermano y vestidor de las imágenes Antonio Muñoz Sánchez para la sesión fotográfica.
Este próximo domingo veremos el resultado del trabajo que le hemos encomendado a esta dos grandes personas, hermanos y amigos de la Cofradía y que confiamos no dejará indiferente a nadie.