El pasado día 21 de abril falleció el orfebre Alfonso Luque Morales en la Córdoba que lo vio nacer en 1939.
Queremos aprovechar estas líneas para trasladar nuestras condolencias a la familia, y rendir un pequeño tributo a la memoria de otro gran artista cordobés que tristemente nos ha dejado este año.
Alfonso Luque inició con 14 años su formación en los talleres de Hijos de Manuel Fragero. En 1975, y según el diseño de Andrés Valverde Luján, cincelaba respiraderos y peana para la primera salida de María Santísima Nazarena. Al año siguiente, de sus manos salieron el juego de varas e incensarios de la cofradía, y un año más tarde la magistral corona de la Virgen.
Suyos son, en años sucesivos, el cincelado de las jarras o las piezas de orfebrería del palio y los ciriales. Más recientes, el corazón de oro y plata de la Nazarena, los atributos de los ángeles de la Virgen del Pilar, el puñal de san Bartolomé, la restauración de los resplandores de la Soledad…
Entre sus obras para la Semana Santa de Córdoba, las coronas de la Madre de Dios en sus Tristezas, de la Esperanza del Valle, de la Dolorosa del Cristo de Gracia, de la Virgen del Buen Fin, o la cruz de guía del Descendimiento y las de los siete dolores de la hermandad de los Dolores.
En la provincia, las preseas con que fueron coronadas canónicamente la Virgen de la Salud de Castro del Río y la de los Remedios de Aguilar figuran en la larga relación que se extiende a otras provincias como Jaén, Ciudad Real, Almería o Granada.
Como muestra de su maestría, nos gustaría hacer referencia al estudio realizado por María Teresa Dabrio González, de la Universidad de Córdoba, sobre «LA CORONA PROCESIONAL EN CÓRDOBA. APROXIMACIÓN TIPOLÓGICA.» publicado por la Universidad de Murcia en 2006, dentro del Libro ESTUDIOS DE PLATERIA: SAN ELOY 2006.
En el apartado de OTRAS CREACIONES CORDOBESAS, la autora comenta:
«La fuerte demanda experimentada desde el tercio final del siglo XX ha posibilitado la aparición en la ciudad de nuevos talleres que, a su vez, también exportan su obra fuera de los estrictos límites locales. De todos los existentes, el de mayor número de obras es el de Afonso Luque Morales. Su estética se mantiene dentro de los cánones neobarrocos, revelando buen conocimiento del oficio y una cierta versatilidad en los diseños. De sus primeras obras destaca La Corona de María Santísima Nazarena, fechada en 1977, en la que siguió diseños de Andrés Valverde Luján; consta de un aro decorado con un sencillo contario, cuerpo ligeramente abierto articulado en capillas, en cuyo interior se alojan diversas imágenes y jarrones florales, que se rematan con pináculos.»
También hace mención este estudio al conjunto formado por rostrillo, escapulario y corona de la Virgen de las Tristezas, realizado entre 1984 y 1986. Destacando el empleo de ces y tornapuntas, así como la labra cuidada y algo abultada que remiten claramente al barroco setecentista, al igual que las incurvadas imperiales. Incide en que la ráfaga muestra un perfil poligonal y una profusa ornamentación que se completa con haces de rayos lisos, biselados y desiguales, rematados con doce estellas.
Entre las preseas que salen de sus talleres también destaca en 1987, con motivo de su primera salida, la Corona de Nuestra Señora del Buen Fin, de la cofradía del Descendimiento. La concibe con aro moldurado, canasto cubierto con vegetación menuda y capillitas, e imperiales algo achatadas y perfiles sinuosos, sobre las que asienta un ancho motivo vegetal ramatado por la cruz, con escaleras, símbolo de la hermandad; la ráfaga presenta segmentos de rocallas, contarios, querubes y haces de rayos biselados coronados con estrellas.
La Corona de María Santísima de los Dolores y Misericordia, realizada en 1995 y estrenada en 1997, supone un cambio en la estética del platero, pues se inspira en modelos neogóticos. El cuerpo se articula con capillitas para imágenes que se separan con estilizados gabletes; la ráfaga es muy calada y en ella se mezclan gabletes, rayos lisos desiguales y elementos vegetalizados.
Pedimos en nuestras oraciones y plegarias al Beato Padre Cristóbal de Santa Catalina y a María Santísima Nazarena para que intercedan ante Jesús Nazareno, para que el Señor lo acoja en su Gloria y le de el descanso eterno.