El mundo de los hombres se ha venido abajo; nace el mundo de Dios: le tierra ha sufrido una revolución. ¡Porque no hay ninguna felicidad en ser pobres, y jamás los que lloran han pedido seguir llorando! Todo está en contra nuestra, pero son bienaventurados aquellos que comprenden el camino del Resucitado. Ellos se mantienen en pie solamente por su fe en la Palabra que transforma el mundo: como acróbatas, cruzan el abismo, y la Palabra, que es frágil como un hilo a los ojos de los hombres, les permite llegar a la otra orilla.
La bienaventuranza y la salvación son gracia.
¡Qué dicha que Dios mismo nos llame bienaventurados! ¿Tu, te sientes así? o, ¿pesa más en tu vida la malaventuranza?.
La Ceremonia dará comienzo a las 20.30 horas con el Ejercicio del Triduo y posteriormente la Santa Eucaristía, que en el día de hoy, será ofrecida por el eterno descanso de nuestra hermana Pepa Buzón Ávila.