Oremos a nuestro Padre Jesús Nazareno que nos llevó a la vida.
Oh Padre, lleno de gracia y de amor:
Tú todavía amas tanto al mundo que sigues entregándote.
Que Tú cruz sea para nosotros la señal de que estás con nosotros en días de miseria y aflicción.
Que podamos mirarte como modelo y aprender de ti a abrir nuestras manos y corazones, unos a otros y a darnos a nosotros mismos con nuestros dones. Y que esto ayude al mundo a percibir tu luz y a aceptarte.
Jesucristo, nuestro Señor, por los siglos de los siglos.